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Soprano con recursos

La soprano guipuzcoana Ainhoa Arteta asegura que se encuentra muy bien, totalmente restablecida y con muchas fuerzas para afrontar los conciertos que tiene por delante, después de permanecer varios meses apartada de los escenarios tras su separación del barítono norteamericano Dwayne Croft, lo que le llevó incluso a plantearse la retirada definitiva. El sábado por la noche se quitó la espina y pudo cantar en la plaza mayor de Pedraza (Segovia), después de que la lluvia obligó a suspender un concierto, donde iba a bailar Antonio Canales, hace tres años. Aunque con miedo, por ser un escenario al aire libre, con más de 2.000 espectadores, sólo con la compañía del tenor Luis Dámaso y del pianista Rubén Fernández Aguirre, Ainoa Arteta terminó muy contenta su recital de arias y duetos de ópera y zarzuela, a lo que quizá le acompañó la suerte de haber escuchado el croar de las ranas mientras se cambiaba en la casa de la presidenta de la Fundación Villa de Pedraza, Sabine Muñoz, impulsora de los conciertos de las velas que convierten en un lugar mágico a la villa medieval de Pedraza, que se ilumina con unas 30.000 candelas, creando un ambiente especialmente intimista y romántico. La cantante lírica, de 39 años, recordó que se disgustó mucho cuando no pudo ofrecer el espectáculo con Canales -que regresa el próximo sábado con la compañía de Juan de Juan-, casi tanto como cuando acudió a México a cantar ópera, hace unos nueve años. Sin estar autorizado, quiso dar un recital en Monterrey, lo que se lleva muy a rajatabla y le pudo costar el calabozo. Sin embargo, encontró una fórmula para que le dejaran libre: amenazar con cantar todo el repertorio en el calabozo, lo que se convirtió en mano de santo, porque la policía la soltó.-

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