Las bases de ERC desautorizan en el congreso a la cúpula del partido
Los militantes obligan a mantener el carácter asambleario de Esquerra
La vena libertaria de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) sigue viva. Ayer resurgió y propinó un soberbio revolcón a la dirección en el 24º congreso del partido, que se abrió por la mañana en el recinto ferial de Lleida. Los asistentes rechazaron la propuesta de la dirección saliente de sustituir el sistema congresual asambleario por el de delegados. La votación no dejó duda alguna: 628 votos a favor de mantener la tradición asamblearia, 498 a favor de introducir el sistema de delegados y 77 votos en blanco. En nombre de la dirección saliente, Joan Puigcercós comunicó el resultado y lo valoró: "Es un revés".
A pesar de que la propuesta contaba con el apoyo unánime de la dirección, nadie interpretaba este rechazo como una votación de castigo, ni mucho menos de censura. Esta reafirmación de los afiliados, en lo que consideran un derecho inalienable, se produjo pocas horas después de que el propio congreso hubiera aprobado el informe de gestión, presentado por el secretario general saliente, Josep Lluís Carod. Con una votación inequívoca: 1.006 votos a favor, 12 en contra y 33 en blanco.
La propuesta de la dirección fue enérgicamente defendida ante el congreso por el secretario de organización y finanzas, Xavier Vendrell, como un avance en la democratización del partido. Su argumento básico fue que el derecho de asistir a los congresos suele ser ejercido sólo por una pequeña parte de los afiliados. En el de ayer, por ejemplo, de los 9.000 militantes, sólo se inscribieron 2.015 y, a la hora de la verdad, las votaciones indicaban que los realmente asistentes eran unos 1.100. En cambio, el sistema de delegados asegura mejor, sostuvo Vendrell, la representación de todos los afiliados.
Para garantizar la intervención de los afiliados en las decisiones importantes del partido, la dirección ofrecía introducir en los estatutos el derecho a convocar referendos internos si lo solicitara el 10% de los afiliados. Y ofrecía que la elección de los dos principales dirigentes del partido, el presidente y el secretario general, se realizara por sufragio universal libre y secreto antes de los congresos.
Pero los partidarios del asamblearismo no picaron el anzuelo y, tras mantener el sistema por ellos preconizado, el congreso incorporó a los estatutos las contrapartidas ofrecidas por la dirección para el caso de que lo hubieran suprimido. Es decir, los congresistas se quedaron con todo: asamblearismo, sufragio universal y referéndum.
Exceso de confianza
Algunos dirigentes interpretaron el resultado de este lance como el fruto de un exceso de confianza de los dirigentes. "No se ha hecho el trabajo de explicación necesario", dijo uno de ellos. Pero el exceso de confianza parecía justificado. El congreso se celebra cuando Esquerra sale de un ciclo electoral en el que ha logrado una escalada de éxitos de difícil parangón, que la han situado con fuerza en el Gobierno de la Generalitat y le han otorgado un protagonismo destacado en el Congreso de los Diputados.
El informe de gestión presentado por Carod estuvo dedicado casi exclusivamente a glosarlos ante los congresistas. Los republicanos han pasado del 2,4% en las elecciones municipales de 1987, al 12,77% en las de 2003. Del 4,14% en las autonómicas de 1988, al 16,4% en las de 2003. Del 4,18% en las legislativas de 1996, al 15,89% en las de 2004. La afiliación se ha incrementado en más del doble desde el anterior congreso, celebrado en 2001, y ha pasado de 4.420 militantes a cerca de 9.000. "Tenemos seis consejeros en el Gobierno catalán y dos de las tres principales autoridades civiles de Cataluña, el presidente del Parlament y el conseller en cap, son de los nuestros, son de Esquerra", afirmó.
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