Comienza la excavación del 'túnel de la risa' entre Atocha y Chamartín

La empresa ACS inició ayer las obras de excavación del nuevo túnel de la risa que unirá las estaciones de Atocha y Chamartín. El subterráneo tendrá una longitud de 4,5 kilómetros y costará 95,6 millones de euros. Dragados, la filial de construcción de ACS, cuenta con un plazo de ejecución hasta junio de 2005, por lo que las obras se prolongarán durante al menos un año. La portavoz de IU en el Ayuntamiento, Inés Sabanés, solicitó la paralización de la tuneladora "hasta que no se levante acta notarial del estado de los edificios que puedan verse afectados" por la excavación.

El nuevo túnel de la risa que el Ministerio de Fomento comenzó a excavar ayer pasará por debajo de 33 edificios protegidos, y, que por tanto, resultan intocables, según el Plan General de Ordenación Urbana. Por eso, la portavoz del grupo municipal de IU, Inés Sabanés, pidió ayer que sean paralizadas las obras hasta que "no se presente el acta notarial sobre el estado de los edificios afectados por esta obra". "Este requisito", recordó, "es obligatorio según se recoge en el proyecto sin que, hasta la fecha, tengamos constancia en IU de que se haya cumplido".

Dos estaciones

El túnel arrancará de la actual estación de cercanías de Atocha y discurrirá bajo la calle del mismo nombre y la plaza de Antón Martín hasta la Puerta del Sol, donde está prevista la construcción de una nueva estación de cercanías bajo la calle de la Montera y cuyos andenes llegarán hasta la Red de San Luis. El trazado del nuevo túnel continuará hasta la plaza de Alonso Martínez, donde también está prevista otra estación, para después continuar hasta Nuevos Ministerios. La nueva galería fue concebida por el ministerio como una solución a los problemas de colapso que existen en Atocha, con un tránsito de 560 trenes diarios por sus raíles.

Según el ministerio, cuando el túnel esté en funcionamiento, se reducirán los tiempos de viaje hasta en 40 minutos de ida y vuelta para los pasajeros de las líneas C-3 (Aranjuez-Atocha) y C-4 (Parla-Atocha), que se dirijan al centro de Madrid y al eje de la Castellana, ya que no tendrán que hacer transbordos.

El departamento que dirige la socialista Magdalena Álvarez aseguró, en un comunicado de prensa, que las obras se han planificado de tal forma que la extracción de los materiales resultantes de la excavación no afecte a la circulación de la glorieta del Emperador Carlos V. Según Fomento, el número estimado de camiones previstos para evacuar estos restos de material, que será inferior a 20 en hora punta, "apenas tendrá incidencia en los miles de vehículos que circulan por esta glorieta". El concejal portavoz de urbanismo el PSOE, Félix Árias, criticó que "ni el Ayuntamiento como el ministerio han contado cómo van a quedar los planes de esta obra que todo mundo sabía que tenía sus problemas". "¿Cómo quedará la estación de Gran Vía- Sol? ¿Se seguirá haciendo la estación de Alonso Martínez? El Ayuntamiento debería plantear estos temas al ministerio e informar al resto de grupos de la oposición", continuó.