Los apagones
En estos días los sevillanos estamos sufriendo una serie de indignantes apagones que están crispando aún más si cabe los ánimos de la ya sufrida ciudadanía. Inmersos en el asfixiante calor de un verano que ya promete batir todos los récords, el usuario ve cómo la compañía Sevillana-Endesa vuelve a menospreciar a los miles de clientes que exigen un mínimo de calidad por el servicio que, eso sí, pagan tan religiosamente como se les exige.
Se está demostrando claramente cómo las infraestructuras de Sevillana-Endesa se encuentran, al menos aquí en Sevilla, obsoletas, mal dimensionadas y peor mantenidas, a pesar de las millonarias ganancias de la empresa. Que esta situación climática y el consiguiente aumento del consumo eléctrico no hayan sido previstos por técnicos y ejecutivos de la compañía es, asimismo, dolorosamente humillante, toda vez que semejante indolencia no es sino una muestra más de desprecio altanero hacia el ciudadano de a pie.
Pero hay más. Diversos representantes de la compañía no hacen más que recalcar con claridad meridiana que va a seguir habiendo apagones mientras no se construya la central térmica de la Punta del Verde, instalación en la que Sevillana-Endesa está muy interesada y que ha levantado la más firme oposición vecinal. ¿Cómo no oponerse a una central térmica en pleno casco urbano? ¿Hasta dónde va a llegar el despropósito de esta empresa? Sevillana-Endesa desprecia tanto a los vecinos como a los ecologistas y científicos que argumentan en contra de tamaño atentado contra la salud y la seguridad públicas; es más, amenaza con perpetuar los cortes de luz que, ellos también, atentando contra personas y bienes. ¿Se llama esto coacción o acaso es otra cosa más innombrable? Ojalá que los tribunales se terminen pronunciando sobre este asunto.
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