No es justo

El sábado pasado aparecía en Cartas al Director una titulada Cero en Matemáticas. En ella, una persona, diríase que profesora de matemáticas, aunque no lo llega a decir, manifestaba el fracaso que suponía la enseñanza de esta materia tras la reforma LOGSE.

Yo sí lo digo: soy profesor de matemáticas y creo que con el sistema actual, aun siendo mejorable, estamos mejor que antes. Es fácil decir que el 4º de ESO equivale al 8º de la antigua EGB, pero puede ser difícil mantenerlo si lo que se hace es una comparación de contenidos en detalle. Es cierto que cuando llegan al bachillerato hay que explicar algunos contenidos que antes, para el equivalente en edad 3º de BUP, ya se habrían impartido (otra cosa es si se habrían aprendido). Y la experiencia demuestra que en esos dos años de bachillerato es posible alcanzar el nivel que antes se alcanzaba en COU.

Es injusto que, con todo lo que les cuesta a los alumnos superar esta o cualquier otra asignatura, se diga que sólo han aprendido unos trucos y métodos para superar la selectividad con éxito. No es sólo cuestión de materia: entre contenido y contenido han ido pasando la adolescencia hasta encontrarse en las puertas de la edad adulta, y esto ya es importante. Pero es que, además, superar la selectividad es mucho superar. Matemáticas y todas las demás asignaturas: lengua propia (o propias, como mis alumnos de modelo D en euskara) más la extranjera, historia o filosofía y las optativas. Difícilmente lo hubieran conseguido si, tal y como dice la carta, hubieran salido de los institutos con la idea de que no hay que estudiar.

Y también es injusto para el profesorado que año tras año hemos atendido a esos alumnos y que hemos conseguido ser un ingrediente importante en su desarrollo y en sus conocimientos.

También somos un ingrediente de sus fracasos. De esto nos solemos enterar con bastante más facilidad. Llega junio y siempre hay protestas y casi nunca alabanzas. Estadísticamente no se sostiene, porque los éxitos son más, pero poco se puede hacer contra esto. Pero si leo en EL PAÍS, en el título de la primera carta de un sábado de junio, que "cero en Matemáticas" entonces sí que me animo y lo digo claramente: no es justo.