El grupo de expertos de la Universidad apoya que el metro circule en superficie por Granada
La Junta responderá a las alegaciones del Ayuntamiento antes de que acabe julio
Después de deliberar, los expertos han hablado. El grupo de geólogos, economistas e ingenieros de la Universidad de Granada al que la consejería de Obras Públicas encomendó un informe sobre el metro de Granada recomienda que los trenes circulen en superficie por el Camino de Ronda. Los profesores rechazan su soterramiento por considerarlo caro. Creen que si discurre bajo tierra (como defiende el alcalde, José Torres Hurtado) será menos accesible al ciudadano y no mejorará la calidad ambiental del eje. La Junta contestará a las alegaciones del Ayuntamiento antes de agosto.
Los expertos han estudiado las cuatro alternativas que contemplaba el proyecto inicial publicado por la Junta en febrero de 2003. Esas alternativas presentaban diferentes niveles de soterramiento de la línea 1 (la que une el centro con Albolote y Armilla) a su paso por el Camino de Ronda que oscilaban entre el enterramiento total y la plataforma en superficie. La elegida por los profesores ha sido esta última, que prevé que el metro salve por un túnel de 600 metros el cruce de Villarejo (al norte), para recorrer los 3.627 metros restantes del trayecto por el centro de esa avenida.
El comité llegó a esa conclusión tras analizar los objetivos que, según entienden, tiene que satisfacer la futura infraestructura: potenciar el transporte público, restringir el uso del vehículo privado, maximizar su uso por los ciudadanos, generar menos costes, mejorar la calidad ambiental, potenciar el desarrollo económico, crear espacios de uso colectivo y reducir conflictos con otros flujos. El trazado en superficie obtiene la máxima nota en seis de esos nueve aspectos.
De las dos alternativas en superficie, los expertos se han decantado por la que más afecta al tráfico privado en contra del criterio del Ayuntamiento de Granada, que pidió un trazado subterráneo que no obstaculizara el paso de los coches. Si el metro se construye siguiendo los consejos presentados ayer, el Camino de Ronda conservara sus dos carriles de circulación en sentido norte, pero perderá uno hacia el sur. "Esa opción es la que más afecta a la calidad ambiental porque reduce de manera importante el tráfico en la zona, que aumenta cada año, y el nivel de ruido", dijo ayer el coordinador de la comisión de expertos, el geólogo Juan Carlos Braga.
Para el coordinador, la alternativa subterránea tardaría mucho más tiempo en realizarse "no por culpa del túnel, sino por las estaciones, que deben construirse a cielo abierto para descender tres o cuatro niveles hasta los 18 metros, la profundidad a la que se puede salvar el río Genil". El geólogo argumentó que un metro subterráneo sería menos accesible para los ciudadanos, aumentaría considerablemente los costes de explotación y no mejoraría las condiciones atmosféricas de la vía, una de las más transitadas de la ciudad al unir la zona residencial de la ciudad (al sur) con el norte, donde se concentra la mayor parte de los centros de trabajo.
Braga desmontó los argumentos del Ayuntamiento que la semana pasada afirmó que la plataforma dejará sólo un metro de anchura para que pasen los coches en el cruce del Camino de Ronda con la calle Recogidas, el punto más estrecho del eje. El experto aseguró que las vías dejarán a sus lados un espacio de 6,70 metros para el tráfico rodado, con lo que los cuatro carriles con que actualmente cuenta esa calle se podrían mantener.
Entre el soterramiento total y la plataforma en superficie, otras dos alternativas planteaban trazados que combinaban ambas posibilidades. Los profesores las rechazan en principio por las sucesivas rampas para salir y entrar a los túneles, que, al tener poca pendiente, provocarían un efecto barrera en varios puntos de la calle.
Aun así, los expertos concluyeron que las cuatro posibilidades analizadas son viables desde el punto de vista técnico. "Las diferencias de costes de inversión no deben ser determinantes para la selección de las alternativas", afirmó Braga, que habló del metro como elemento simbólico catalizador de nuevas iniciativas urbanas. "Todas presentan ventajas e inconvenientes que deben ser ponderados en función de los objetivos de la infraestructura", añadió. "Que el debate se centre ahora en argumentos técnicos y objetivos", dijo.
Racionalizar el debate
Eso mismo deseó la consejera de Obras Públicas, Concepción Gutiérrez, que aseguró que el documento "permite racionalizar el debate entre administraciones", algo que no se podía hacer con las alegaciones del Ayuntamiento de Granada, que, según dijo, no aportaban criterios técnicos para defender un metro soterrado.
Gutiérrez adelantó que la Junta publicará en el BOJA el informe de impacto ambiental del proyecto y la respuesta a las alegaciones presentadas antes de que termine julio. El objetivo del gobierno autonómico es que las obras de los primeros tramos se liciten el año que viene. "Espero que antes de que termine la legislatura pueda ver a los granadinos utilizando el metro", concluyó la consejera.
El estudio informativo del metro de Granada se licitó en noviembre de 2001. En febrero de 2003 se abrió el plazo de información pública para que los afectados presentaran alegaciones, plazo que se amplió hasta octubre de 2003. Obras Públicas licitó por sorpresa la semana pasada los dos tramos de la línea 1 que trascurrirán por el Camino de Ronda. Esa línea pasará los municipios de Albolote, Maracena, Granada y Armilla y permitirá llegar al centro de la capital desde cualquiera de las dos terminales en 14 minutos. El objetivo es solucionar la unión de Granada con su área metropolitana para reducir el tráfico en la capital.
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