Richard May, el juez del proceso contra Slobodan Milosevic
El ex presidente serbio, Slobodan Milosevic, llamaba "señor May" al presidente de la sala que le juzgaba en La Haya por genocidio y crímenes de guerra y contra la humanidad ante el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY). Era una forma de desautorizar a Richard May, el juez británico que dirigió la primera parte del proceso en un foro al que Slobodan Milosevic, que decidió defenderse a sí mismo, no reconoce jurisdicción.
De 65 años y con un vasta experiencia legal y política, Richard May, que falleció ayer en su casa de Oxford, no se daba por aludido. Había sido elegido para garantizarle un juicio justo al acusado y no pensaba dejarse intimidar por su rudeza.
Es más, en cuanto Milosevic comenzaba uno de sus famosos alegatos políticos, le cortaba el micrófono en seco. "Sus opiniones sobre el tribunal son del todo irrelevantes ahora", le decía, con la educada firmeza que mantuvo hasta mayo pasado, cuando se retiró por razones de salud. Durante la ceremonia organizada por el TPIY el pasado mayo con motivo de su retirada, Richard May presentaba un aspecto frágil y enfermizo, pero no se ha dado a conocer la causa de su muerte.
Aunque May pasará a la historia como el hombre que juzgó a Slobodan Milosevic, ése no fue su único trabajo en el TPIY. Dicho proceso comenzó en mayo de 2002, y el juez, nacido en Londres y educado en la Universidad de Cambridge, participó desde 1997 en otros casos en este tribunal.
Uno de los más notorios fue el de Biljana Plavsic, la antigua presidenta serbobosnia, que actualmente cumple una condena de once años de cárcel por crímenes contra la humanidad.
También presidió el juicio contra Dario Kordic, un civil bosnio croata condenado a 25 años por autorizar el asesinato de los musulmanes de Bosnia. En su sentencia, May subrayaba la importancia de asegurarse de la autoría de los delitos cometidos por ciudadanos para no incurrir en injusticias.
En el caso de Zlatko Aleksovski, un comandante de prisión igualmente bosniocroata, el jurista fue implacable. Aleksovski había apelado una condena de dos años y medio por abusos contra los detenidos. May no sólo rechazó su demanda, sino que aumentó la pena a siete años por considerar que el castigo original era poco comparado con la vileza de los hechos.
"Será un juez firme, pero ecuánime. No cederá a presiones políticas ni tampoco tratará de ser popular", dijeron sus colegas londinenses cuando Richard May se hizo cargo del proceso contra Slobodan Milosevic.
Un retrato certero que encaja con alguna de sus más recordadas advertencias a los acusados. "Espero que no se alargue usted mucho con este testigo, teniendo en cuenta lo alejados que estamos del asunto que nos ocupa", le dijo con tono grave y distante en 1998 al abogado defensor del serbobosnio Milan Kovacevic, el primer acusado de genocidio que comparecía ante el TPIY. Cuando fue llamado al orden, el letrado había rememorado con detalle la historia de Serbia en el siglo XIV.
Richard May, que fue en el año 1979 candidato laborista al mismo distrito electoral londinense que la conservadora Margaret Thatcher -que después de esas elecciones fue primera ministra del Reino Unido-, ejerció asimismo como líder de la oposición en el Ayuntamiento de Westminster.
Su sustituto ante el TPIY es su colega escocés Iain Bonomy, encargado hace siete años de la investigación sobre la matanza de escolares en la localidad de Dunblane, en Escocia.-
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