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Reportaje:Eurocopa 2004 | República Checa-Grecia, segunda semifinal

La creatividad contra la rutina

Los checos y los griegos se citan en Oporto en un duelo de estilos totalmente opuestos

Ramon Besa

Hoy se han citado en Oporto dos equipos que abanderan modelos de juego opuestos. Desde la afirmación, la República Checa apuesta por la creatividad, a partir de un juego de ataque muy variado, mientras las opciones de Grecia pasan precisamente por negar al rival. Uno y otro son grandes especialistas en sus planteamientos, circunstancia que otorga un papel trascendente a ambos entrenadores, Karel Brückner y Otto Rehhagel.

Brückner ha dado rigor táctico y disciplina a una selección de naturaleza muy creativa. A la República Checa hay que verla contra las cuerdas para entenderla y también amarla. Frente a Letonia, Holanda y Alemania, empezó el partido con un gol en contra, dos en el caso de los holandeses, y ante Dinamarca llegó al descanso con empate a cero. Un detalle más: ocho de sus diez goles los ha marcado en el segundo tiempo.

A la República Checa hay que verla contra las cuerdas para entenderla y también amarla
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Grecia ha sabido manejarse en todo tipo de circunstancias. Administró la ventaja adquirida frente a Portugal, empató a España después de ir perdiendo, marcó el gol que necesitaba ante Rusia y para acabar con Francia le fue suficiente una jugada. Rehhagel no repite nunca la alineación, la organización del juego varía a cada jornada y opera con los cambios de acuerdo al signo del partido: "Para mí", repite cada día, "los 23 jugadores que han venido son importantes. No tengo condicionantes personales a la hora de elegir la alineación".

"Nuestro mérito es que sabemos detener al rival", concreta el centrocampista Basinas; "bloqueamos sus puntos fuertes y aprovechamos las ocasiones para resolver". Rehhagel cuadricula el campo y cada futbolista tiene una misión concreta. Un día puede jugar con un punta y al otro con dos. A veces Charisteas es volante diestro y al otro último delantero. Y mezcla a los medios continuamente. El único referente es Zagorakis, ex jugador del Leicester, capitán de la selección con casi un centenar de internacionalidades y la extensión del entrenador porque, a sus 32 años de edad, "sabe competir y adaptarse a todas las situaciones del partido".

La selección griega es prácticamente indescifrable. Nadie repara en su capacidad para combinar la marca individual y la reducción de espacios ni tampoco en sus contadas y efectivas llegadas a la portería rival porque se supone que no hay que mirarle, ya que no juega y no deja jugar. Tampoco la República Checa parece muy interesada en escrutarla.

Brückner confía en la riqueza táctica de un equipo que es capaz de afrontar distintos dibujos a partir del trío ofensivo Poborsky-Rosicky-Nedved, tres referentes en un grupo en el que se juntan hasta tres generaciones, la mayoría conocidas del seleccionador, procedente de los equipos inferiores. Koller, Smicer y Galasek pertenecen al grupo de veteranos; Baros, Rosicky, Heinz, Grygera, Ujfalusi, Jankulovsy y Tyce compitieron por el título juvenil en 2000, y finalmente Cech, Jivanek, Rozehnal, Hubschman, Vachousek, Baros y Grygera fueron campeones sub 21 en 2002.

"El líder es Nedved porque da otra dimensión al equipo", concluye Brückner, todavía invicto en la competición oficial, con once victorias y un empate, el conseguido en Holanda durante la fase previa. Las dudas que provocaron las derrotas en los amistosos de Irlanda y Japón han quedado disipadas en Portugal y la República Checa aparece hoy como un rival tan fiable en el campo con la pelota en juego como lo ha sido históricamente en las series de penalti: los checos han transformado los 20 que en total han lanzado en las fases finales de los torneos jugados en 1976, 1980 y 1996.

A unos y otros les anima en su mayoría la necesidad de resarcirse de una temporada discreta en sus clubes. A Nedved no le ha ido bien en el Juventus; Baros y Smicer tampoco están contentos con el Liverpool, y Koller y Rosicky no lo han tenido nada fácil en el Borussia de Dortmund. Un caso parecido se da entre los griegos que compiten fuera de su país, titulares en su selección y muchos suplentes en sus clubes.

Los egos tendrán seguramente su peso en dos equipos organizados. La República Checa tiene talento y ambición, es capaz de jugar en largo y en corto y su rapidez en la ejecución de la jugada le pone por encima del adversario. Ocurre que no hay en el campeonato un equipo que mejor haya inutilizado al rival que Grecia.

Nedved aplaude a Rosicky durante el entrenamiento de ayer.
Nedved aplaude a Rosicky durante el entrenamiento de ayer.REUTERS

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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