Scolari toca a rebato
El seleccionador luso hace una llamamiento "al pueblo" y advierte de que su equipo correrá "serios riesgos" ante el holandés si no se defiende más
Como los viejos líderes totalitarios, a Luiz Felipe Scolari, Felipão, le gusta dirigirse "al pueblo". Ayer, el seleccionador de Portugal se dirigió "al pueblo portugués" para pedirle que apacigue su optimismo, pero que acuda al estadio lisboeta de Alvalade bien dispuesto a abanderar la resistencia frente a los colores de la Casa de Orange. "Todavía no hemos conseguido nuestro objetivo. Que el pueblo no crea, por favor, que ya henos ganado algo. Mañana [hoy], el que vaya al campo tiene que ir vestido con el rojo o el verde de la bandera nacional para hacer frente al naranja holandés".
Dicho esto, el brasileñó Scolari tocó a rebato como si la armada de Guillermo de Orange amenazase las murallas de Lisboa. "Ésta es la mejor Holanda desde aquella que ganó la Eurocopa de 1988 [en Alemania y a costa de la selección anfitriona]", sentenció, muy serio, evocando a los Gullit, Rijkaard, Van Basten y Koeman. "Estamos estudiando a nuestros rivales para complicarles el trabajo", añadió; "Utilizaremos una táctica similar a la empleada contra Inglaterra, con dos atletas dedicados a una función específica de marcaje. Si no nos organizamos bien, corremos serios riesgos".
Temores: "Robben, gran jugador; Van Nistelrooy marca al menor descuido; Reiziger y sus saques de banda ilegales..."
"Robben es un gran jugador", continuó Scolari enumerando sus aprensiones, sus temores; "Van Nistelrooy, si te descuidas un solo momento, te marca un gol. Reiziger saca muy bien los fueras de banda, demasiado bien. Los árbitros deberían vigilarle porque los lanza empujando la pelota con una mano e impulsándose levantando un pie del suelo. Eso es ilegal. También el propio Van Nistelrooy, en las jugadas a balón parado, se suele meter en fuera de juego o se mueve intentando arrastrar a sus marcadores para abrir hueco a otros compañeros que entran libres desde atrás".
Ante tantas amenazas, Scolari estudia plantar a sus jugadores de una manera más conservadora de lo habitual y, tal vez, poco natural. Piensa, por ejemplo, en fijar a dos medios, Maniche y Costinha, en unas funciones concretas de marcaje a las que no están habituados en pareja y pedirle a sus laterales, Nuno Valente y Miguel, que no se incorporen al ataque en lo posible.
"En tres de los cuatro partidos que hemos jugamos corrimos serios riesgos", recordó Scolari; "contra Grecia, porque comenzamos perdiendo; contra Inglaterra, por lo mismo, y contra España, porque necesitábamos ganar imperiosamente. Eso nos exige un gran desgaste físico y nos desorganizamos. Contra Holanda he pedido a mis jugadores que estén muy atentos y no cometan errores. Espero que no fallaremos".
Si se atienden las plegarias de Scolari, sus temores no se harán realidad hoy en el estadio Alvalade. Esto implicaría que Robben, el extremo zurdo holandés, no jugase bien o no pudiera desbordar al poderoso Miguel, que tiene instrucciones de no perderle de vista. En realidad, Scolari está preocupado, muy preocupado. Ese muchacho de 20 años que ya ha perdido la mitad del pelo le da mucho que pensar. Visto de cerca, las inquietudes del técnico parecen justificadas: Robben es un tipo de mirada mal gestada, como si su hígado no trabajase. Parece más viejo que los que son mucho más veteranos que él. Es el clásico jugador que no hace prisioneros.
El seleccionador holandés, Dick Advocaat, dice que Robben es el único futbolista con poder desequilibrante en Holanda: "En algunas fases de los partidos demuestra la calidad que tiene. En otras, comete errores. Aunque tiene que mejorar, representa una gran ventaja en nuestro equipo porque es el hombre que rompe las líneas del oponente con un dribling fantástico. Ahora está al ciento por ciento".
Advocaat es un holandés campechano y conservador. Ha sido cuestionado por insistir en jugar con Van der Meyde, que está en peor forma que Overmars, o por no flexibilizar su esquema dando entrada a otro punta, como Makaay, en vez de dejar completamente solo a Van Nistelrooy.
"No jugamos con un punta", se defiende; "jugamos con tres delanteros. Por eso dependemos de la calidad de los extremos para ser determinantes arriba. Contra Suecia, Van Nistelrooy se quedó bastante solo porque el medio campo se retrasó demasiado y los extremos, no sé por qué, cambiaron su posición tres o cuatro veces. Se los dije en el descanso: 'Tú eres el extremo derecho. Tú, el izquierdo. ¿Por qué estáis cambiándoos todo el tiempo?".
La consecuencia: Van der Meyde podría calentar esta noche el banquillo en beneficio de Overmars por la derecha.
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