Makaay y el 4-3-3 de Advocaat
La eliminatoria mide a Portugal, el anfitrión, un equipo que ha ido ganando credibilidad a medida que avanzaba el torneo, con Holanda, que por fases ha desarrollado un fútbol abierto y alegre, pero al que, en general, le ha faltado más continuidad. Aunque a primera vista no lo parezca, ambas selecciones juegan con un sistema muy parejo, el 4-2-3-1, con alguna pequeña diferencia. Son esos matices los que, en el caso de Holanda, inclinan más bien a definirlo como un 4-3-3.
- Las bandas, decisorias. Los dos equipos tienden a encauzar su fútbol por las bandas, ya que gozan de hombres con gran habilidad y rapidez. Robben, Overmars, Makaay y, en menor medida, Van der Meyde, por parte holandesa, son muy veloces y permiten sobre el terreno una amplitud ofensiva que abarca todo el frente del ataque. Portugal tiene en Figo a un jugador más creativo, conductor del juego, mientras que Cristiano Ronaldo encara y desborda con decisión y velocidad por su banda. Creo que Holanda es superior en el aspecto de la definición ante el gol gracias a Van Nistelrooy, futbolista que tiene todos los recursos de un delantero nato -rapidez, garra, juego de cabeza, oportunismo...- en mayor medida que el hombre punta de Portugal, Nuno Gomes. Van Nistelrooy tendrá enfrente a dos defensas centrales como Jorge Andrade y Ricardo Carvalho y será muy interesante observar ese duelo, las prestaciones de un gran jugador como el holandés ante dos jóvenes con muchas ganas de consagrarse. Portugal tendrá a su favor el campo, los aficionados, un país entero empujándole detrás. Y eso indudablemente le confiere una ventaja de partida.
- Discusiones a propósito del sistema. A la hora de definir un sistema, los números que empleamos para interpretar las posiciones de los jugadores sobre el campo son muy aleatorios. Todo depende de la forma de ver el fútbol de cada entrenador y, sobre todo, de las características de los jugadores, que son los que, en última instancia, definen los números del sistema. Atrás, ambas selecciones juegan igual, con una línea de cuatro hombres. En el medio del campo, también tienen cada uno dos futbolistas de recuperación y presión, Cocu y Davids, en una parte, y Costinha y Maniche, en la otra. Ahí empiezan los matices, ya que Maniche tiene llegada con la pelota en el transcurso del juego y suele realizar goles. Cocu, en cambio, es un buen jugador para aparecer en la estrategia ofensiva a balón parado y suple con goles en faltas y saques de esquina su posicionamiento más retrasado durante el juego.
- Las pautas las dan los jugadores. Las condiciones de los futbolistas marcan las pautas de mentalidad ofensiva y dan el verdadero cariz al sistema. Parece evidente que no es lo mismo que ocupe la banda derecha Makaay, un jugador con mentalidad ofensiva al 95%, que Van der Meyde, un futbolistas con un 50% de características ofensivas y otro 50% de defensivas, hasta el punto de que incluso apoya en la parte de atrás cuando se trata de defender acciones de estrategia del rival. De la misma manera podíamos analizar los puestos de la banda izquierda y de la media punta. Tanto Seedorf como Deco darían porcentajes similares en cuanto a su mentalidad atacante y de contención mientras que Ronaldo y Robben tienen también características similares, al igual que los delanteros, aunque, como ya queda dicho, la eficacia de Van Nistelrooy supere a la de Nuno Gomes.
- Van der Meyde corrige el sistema. Por tanto, no es lo mismo que Van Nistelrooy juegue arriba con la compañía de Makaay escorado a la banda derecha, como muchas veces hizo el actual delantero del Bayern en el Deportivo con Tristán, que si esa posición la ocupase otro jugador. A mi modesto modo de ver, en ese caso sí podríamos hablar de un 4-3-3 porque Makaay, Van Nistelrooy y Robben se pueden considerar hombres punta. Si el elegido para la banda derecha fuese Van der Meyde o incluso Seedorf, estaríamos, en realidad, ante una fórmula mucho más parecida al 4-2-3-1 con el que juega Portugal. Una aproximación al 4-3-3 era la que ponía en práctica hace años el Atlético de Madrid con Ayala, Gárate y Becerra o lo que hicimos alguna vez en el Deportivo alineando juntos a Makaay, Tristán y Luque.
- Duelo titánico en la zona central. En el espacio del medio campo, Portugal dispondrá de la tripleta que logró con el Oporto la Copa de Europa de clubes, integrada por Costinha, Maniche y Deco. Son hombres que se conocen muy bien y suelen intercambiar sus posiciones. Están además reforzados por el ánimo de los ganadores recientes. Tendrán que vencer en la lucha a Cocu, Davids y Seedorf, jugadores más expertos, maduros y con grandes recursos. Frente a la mentalidad ganadora de los tres portugueses, Holanda opone el pasado glorioso de sus centrocampistas. De la capacidad de cada uno de los dos equipos para dominar esta zona del campo y lanzar desde ahí a sus hombres de banda puede depender de forma decisiva que el juego se incline a uno u otro lado. ¿Podrá superar la juventud y sabiduría de los portugueses a la madurez de sus rivales? Del talento y grado de inteligencia que muestren, particularmente Deco, por Portugal, y Seedorf, por Holanda, dependerá en buena medida el dominio del juego.
- Faltará el criterio de Frank de Boer. La defensa holandesa tiene hombres más veteranos, algunos de los cuales juegan su última Eurocopa. Sin Frank de Boer atrás, los holandeses andarán faltos de criterio para sacar el balón, por lo que previsiblemente recurrirán al pase largo de su sustituto, el poderoso defensa del PSV Bouma, como ya hicieron en el anterior partido ante Suecia. Es un recurso que puede tener eficacia siempre que anden rápidos Robben en la izquierda y quien juegue por la otra banda.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.