El antídoto de Rehhagel
El técnico alemán imparte una táctica diferente ante cada adversario
Aseguran que Giorgios Papalanis, el mánager de la selección griega, el ejecutivo que procura que nada le falte a Otto Rehhagel, se encontró con un serio problema cuando su equipo eliminó el pasado viernes a Francia en los cuartos de final de la Eurocopa. No había previsto el acceso a las semifinales y la reserva en el hotel Santana, de Vila de Condo, expiraba el sábado. Papalanis reaccionó de forma rápida y encontró acomodo en el mismo alojamiento en el que se había concentrado la selección española en Falperra.
Frente a la sorpresa que provocó la elección, más que nada porque el equipo de Iñaki Sáez fue eliminado a las primeras de cambio, la expedición griega ha respondido de forma categórica que Falperra es justamente el lugar pedido por Rehhagel para recluirse antes de iniciarse el torneo y que se disgustó seriamente cuando se enteró de que la federación española se había adelantado a su petición.
Estudia a diario media docena de vídeos y sus jugadores deben ver una selección de ellos
Rehhagel, consecuentemente, trabaja a gusto en Falperra. El técnico alemán, que desde septiembre de 2001 entrena a Grecia, es capaz de pasarse a diario media docena de vídeos de su próximo rival. No está muy claro si los jugadores también tienen que visionarlos. Hay coincidencia en señalar que es de obligado cumplimiento mirar entero el último partido que ha jugado el próximo adversario y la selección de jugadas escogidas por Rehhagel. El preparador dedica uno de los entrenamientos a una sesión táctica a puerta cerrada en la que desmenuza al rival y expone punto por punto sus conclusiones para que cada futbolista sepa a qué atenerse en el campo. La táctica se utiliza como la papilla.
Nada parece improvisado en Grecia, pero es un misterio saber el planteamiento del entrenador. A cada partido ha respondido con un programa diferente. El seleccionador genera un antídoto para cada adversario que curiosamente funciona mejor cuanto más peligroso es el rival. "Le hemos ganado a Portugal y Francia y, en cambio, perdimos nuestro único partido contra Rusia", explica Nikolaidis. "No se trata sólo de combatir al contrario para neutralizarle, sino también de saber qué hacer frente a su defensa para derrotarle", coinciden los jugadores. Ante tal situación, los griegos se sienten felices de poder medirse a la República Checa, el adversario "más bonito y el favorito del torneo", según el pronóstico de Rehhagel.
Grecia ya se da por satisfecha con el torneo que ha protagonizado. Aguardan a los jugadors en Atenas como héroes. Ellos, sin embargo, no se dan por vencidos. A su requerimiento de apoyo han respondido 10.000 aficionados que estarán el jueves en la semifinal.
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