"La mayoría de los agresores sexuales están integrados en la sociedad"

A diario salen a la luz tres casos de agresiones sexuales en Andalucía.Amuvi, una organización volcada en asistir a estas víctimas, atendió el año pasado a 389 mujeres, entre ellas 77 menores. La entidad entregó ayer los premios anuales para distinguir a quienes combaten esta violencia. Una de las galardonadas es Carmen Casimiro-Soriger Escofet (Cabra, Córdoba, 1957), una voluntaria de la asociación desde hace dos años, que da clases de laboratorio en un centro de Formación Profesional de Sevilla.

Pregunta. ¿Por qué se hizo voluntaria de Amuvi?

Respuesta. Esto no lo hago por ellas, que son agradecídisimas, lo hago por sentirme bien conmigo misma; algo a lo que no te obliga la vida. El premio me parece inmerecido, no siento que haga nada importante. A mí me quita muchas tonterías de la cabeza. Soy una afortunada de la vida, problemas son los que veo allí.

P. ¿Le ayuda a relativizar?

R. Totalmente, a poner las cosas en su sitio. Hay cosas importantes como la salud, que no abusen de ti, ni te maltraten; todo lo demás son tonterías. Tú puedes llegar allí con cualquier problema que cuando has salido seguro que lo has relativizado.

P. ¿Algún caso le ha impresionado especialmente?

R. Cada semana me encuentro muchas historias. Lo primero que me sorprende es la gente que está allí trabajando, la mayoría son mujeres y no reproducen el modelo masculino; hay más tiempo para la ternura y el sentido del humor. Y luego me sorprende que las agresiones sexuales que veo no son producto de un mal momento, si no que la mayoría son historias familiares. A un violador de fin de semana lo evitas con más policía, pero es en la familia donde está el problema porque la mayoría no es alguien extraño, es el padre, el tío o el hermano, son personas integradas en la sociedad.

P. ¿A qué cree que obedece eso?

R. Fundamentalmente es un problema educacional, es urgente un cambio en la educación desde que son niños. Una persona que aprende a respetar no abusa de otras.

P. Contactar con lo peor de la condición humana a menudo, ¿no la hace más cínica o pesimista?

R. En mi caso es todo lo contrario, valoras más lo que tienes. En un programa escuché que la historia del ser humano se reduce a las ganas de vivir y la confianza en un futuro mejor, no te vuelves más cínico si tienes ganas de vivir y tienes cariño. El contacto con la realidad de la vida te quita el cinismo, yo tengo una esperanza, una familia.

P. ¿A los medios sólo aflora la punta del iceberg de esta violencia?

R. Es la mínima parte. Hay gente que lleva años silenciando el problema.