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Reportaje:Eurocopa 2004 | República Checa-Grecia, segunda semifinal

Poborsky y Gronkjaer, cara y cruz

Los checos fueron incontenibles para los daneses, vulnerables en la defensa y romos en el ataque

Ramon Besa

La República Checa abatió a Dinamarca en un saque de esquina y, una vez abierto el marcador y por extensión el campo, la martirizó con dos acciones terminales. Parada o en carrera, la selección de Brückner fue incontenible. Morten Olsen se equivocó en el planteamiento y su equipo expresó una gran vulnerabilidad defensiva y una sorprendente esterilidad en ataque.

- Poborsky. Un volante estupendo. Tuvo una actuación completa. En la jugada previa al descanso se arrancó por su flanco derecho hasta tirar el centro al larguero; botó el córner que Koller cabeceó a la red y habilitó majestuosamente a Baros en la jugada del segundo tanto. Muy rápido e imparable en carrera. Falto de ayudas de los medios, Bogelund fracasó como lateral frente al endiablado futbolista de la República Checa.

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- Baros. No desmayó cuando el partido transcurría cerrado y estuvo sensacional a partir del gol de Koller. Al inicio del segundo tiempo, por ejemplo, se recorrió la banda derecha de córner a córner, una forma de anunciar su protagonismo: se perfiló muy bien en la acción que supuso su primer tanto, después de ganarle la espalda a su marcador, y remató como los buenos delanteros en su segundo particular y tercero del equipo. Dinámico, veloz y certero, el entrenador le premió con la sustitución a la que el partido estuvo resuelto para que la hinchada le ovacionara. La condición de máximo goleador del torneo, con cinco tantos, acredita su excelente momento de forma. Jugar de segundo delantero le vino ayer que ni pintado.

- Rosicky. Tuvo unas cuantas irrupciones de mérito y manejó con criterio el partido. Le dio presencia a su equipo al principio con unos cuantos cambios de ritmo y después aseguró un buen manejo de la pelota. Tuvo su importancia en el partido al igual que Nedved, displicente en el primer acto y más implicado en el segundo, sobre todo al asistir a Baros en el 3-0.

- Koller. De nuevo certificó que es un estupendo cabeceador, no sólo en el gol sino también cuando el partido estaba sin decidir, momento en que no se cansó de descolgar balones incluso como medio centro. No falló con la cabeza pero estuvo mal con los pies.

- Gravesen. Espléndido tanto por su despliegue físico como por su capacidad para tocar en largo y en corto durante el primer tiempo. Aguantó en la divisoria la presión inicial del contrario y descongestionó después el juego. Incluso sorprendió con un par de cambios de orientación hacia los extremos. Perdió protagonismo en el segundo tiempo. Los errores defensivos de su equipo y el mal planteamiento del partido le condenaron a un papel menor, cosa que también le compromete como medio centro.

- Gronkjaer. Una de las decepciones del choque. Fue de la banda derecha a la izquierda, se intercambió a menudo la posición con Jorgensen, y nunca pareció estar a gusto. Apenas pudo desbordar y, además, no precisó el centro. Mal cuando el partido estaba incierto, tampoco se manejó bien con el marcador en contra porque el rival procuró defenderle siempre con ventaja numérica de dos contra uno.

- Tomasson. La ausencia de Ebbe Sand, referente ofensivo, o en su defecto otro delantero centro,perjudicó a los dos extremos daneses y, muy en especial, a su media punta, que quedó aspirado por los centrales. Impagable como segundo delantero, pierde efectividad y encanto como punto final del equipo. No es su sitio. Demasiado adelantado, sin espacio para maniobrar, no pudo conectar con los jugadores de las dos bandas y tampoco encontró facilidad para el re- mate.

Gravesen arrolla con todo a Nedved.
Gravesen arrolla con todo a Nedved.EFE

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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