"Tengo 39 años y siempre he vivido mal"
María San Gil tiene 39 años y dos hijos, un chaval de seis años y una niña de cuatro con los que nunca ha podido pasear a solas por su ciudad, San Sebastián. Es concejal por el PP desde 1995, el año en que un terrorista de ETA mató a su amigo y compañero Gregorio Ordóñez cuando almorzaban juntos en un restaurante de la Parte Vieja donostiarra. Licenciada en Filología Bíblica Trilingüe, desde hace cuatro años intenta aprender euskera. Ahora ha aceptado el encargo de ser la candidata del PP a la presidencia del Gobierno vasco en las elecciones de 2005. Dijo ayer: "Quiero ser la primera mujer lehendakari que gobierne Euskadi".
Pregunta. Desde fuera puede verse con asombro. ¿Qué le mueve a seguir exponiéndose a una vida difícil, de peligro, continuamente escoltada?
"Me preocupa que los socialistas ya no quieran ser alternativa al nacionalismo"
"La trayectoria de Loyola de Palacio es envidiable. Mi cualidad es ser de la cantera"
Respuesta. Quizás haya que ser vasco para entenderlo. Yo tengo 39 años y siempre he vivido mal por unas circunstancias o por otras. Estos días se ha hablado mucho de Gregorio, y tengo una deuda moral con él y con otros muchos compañeros que han matado o que se han tenido que marchar del País Vasco. Y además soy un poco rebelde. La rebeldía en este país la estamos protagonizando los constitucionalistas. No nos dejamos avasallar por el nacionalismo imperante, no nos doblegamos, creemos que hay una forma mejor de vivir. Y esas motivaciones, que son muy profundas, son las que te llevan a decir: me toca y lo hago. No quiero que el día de mañana mis hijos me pregunten: ¿por qué no lo intentaste?
P. ¿Tiene alguna posibilidad de ser lehendakari o sólo se plantea aumentar la presencia del PP en el Parlamento vasco?
R. Sí, hay posibilidades, pero no somos cuatro ilusos. El PP es una organización que está pensando en llegar a Ajuria Enea [sede de la Presidencia del Gobierno vasco]. Y allí no se llega de la noche a la mañana. Habrá obstáculos, y probablemente en 2005 no consigamos todas nuestras expectativas, pero al final lo conseguiremos.
P. ¿Hasta dónde ha llegado el fuego prendido en el PP de Euskadi, atizado en los últimos días por sus partidarios y los que preferían a Loyola de Palacio?
R. No había fuego. La propuesta de Loyola es de una generosidad sin límites, y lo digo de corazón. Su trayectoria es envidiable -comisaria europea, ministra,...- y tenía muchas adhesiones a su favor. Pero esto no ha sido un duelo. No ha habido confrontación de unos contra otros y sí propuestas de unos y otros. La gente se ha expresado con absoluta libertad. Y lo único que se pedía era lealtad a la persona que saliera. Yo al final he concitado más consenso quizá porque me he bregado más en la política vasca. Mi cualidad es ser de la cantera, y potenciar la cantera nos potencia a todos. Demostramos que somos un partido capaz de tomar decisiones de forma autónoma. Y eso nos refuerza, nos avala, frente a nosotros mismos y frente a la sociedad vasca.
P. Una de las primeras dudas que surgen tras su nombramiento es si va a ser independiente con respecto al PP de Madrid. ¿Va a estar detrás Mayor Oreja moviendo los hilos?
R. Yo me siento muy orgullosa y muy honrada de que la gente crea que yo soy un delfín de Jaime, porque yo siempre lo he dicho: Jaime es el mejor político que hemos tenido nunca y yo soy su hija política.
P. ¿No cree que decir eso le quita votos?
R. No... Yo creo que... Vamos a ver: yo digo lo que siento, y luego intento que los demás compartan conmigo lo que digo. Si Jaime me ha enseñado cosas buenas, yo voy a intentar sacarle el mayor partido posible. Pero creo que, además, es de buen nacido ser agradecido, y yo en Jaime confío personal y políticamente. Yo he sido presidenta del PP de Guipúzcoa durante cuatro años y jamás me he sentido teledirigida. Nunca nadie me ha coartado, ni me han dicho que diga tal cosa o la otra. Yo no hubiera sido nunca capaz de defender algo en lo que no creo. Con el tiempo iré demostrando que Jaime es el presidente de honor del PP y que la futura lehendakari soy yo.
P. Pero la política de Mayor, tachada de frentista, fracasó en las autonómicas de 2001...
R. Las elecciones dan y quitan el poder, pero ni dan ni quitan la razón. Tenemos más de un 20% de respaldo electoral, y eso es una base muy sólida para seguir intentándolo.
P. ¿Frenará el habitual desembarco de políticos del PP de Madrid en las elecciones después del resultado que dio en las últimas autonómicas?
R. ¡Pero es que yo estoy muy orgullosa de ser del PP! Es que no sé por qué la gente quiere que nos sintamos avergonzados de nuestros líderes políticos. Y yo me siento muy orgullosa, no tengo ningún complejo, porque si lo tuviera me iría a otro partido. Por eso, que a mí me venga a ver un ministro, aunque ahora ya no serán ministros, me parece un honor. La gente tiene que asumir con naturalidad que nosotros somos una organización nacional, aunque con mucho sentido de la autonomía...
P. Dice usted que acaba de aceptar el testigo de una carrera de relevos. ¿Correrá sola o aceptará algún tipo de pactos?
R. Los únicos que se excluyen de esa carrera son los nacionalistas manteniendo el plan Ibarretxe. Son ellos los que no quieren correr con nosotros. Pero estamos abiertos a todo aquel partido que quiera hacer una carrera compartida contra el nacionalismo excluyente, un nacionalismo que es absolutamente perverso. Pueden contar con nosotros.
P. Esto suena a un mensaje para los socialistas...
R. Lo es.
P. ¿Le preocupa que los socialistas puedan volver a entenderse con el PNV?
R. Sí, me preocupa porque hacen dejación de la alternativa al nacionalismo. Yo creo que nuestro objetivo prioritario tiene que ser convertirnos en alternativa. Los socialistas parece que ya no quieren serlo.
P. ¿Cuál es el primer obstáculo que tendrá que superar en la carrera que ahora empieza?
R. El primer obstáculo es la sociedad en que vivimos. Tenemos una falta de libertad evidente, aunque a la gente no le gusta que se diga muy a menudo. Pero es que nosotros no podemos hacer campaña igual que los demás. Yo me voy a patear todos los pueblos de Euskadi, pero tendré que ir rodeada de escoltas, y eso al ciudadano le coarta y le quita las ganas de acercarse. No tenemos las mismas posibilidades que los nacionalistas para hacer campaña y para que nos conozcan. Porque yo estoy convencida de que cuanto más nos conoce la gente, más nos quiere, pero también entiendo que es difícil que se nos acerquen.
P. Hace un año que ETA no mata. ¿Vive más tranquila?
R. Siento menos presión, pero sigo viviendo entre medidas de seguridad. Yo entiendo que si no se vive en primera persona, pues te olvidas. Pero los que vivimos en primera persona tener escolta las 24 horas del día seguimos con una presión terrible. No tenemos que hacer un drama, pero sí hay que contarlo.
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