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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Para decir lo indecible

La mística y sus aledaños constituyen uno de los episodios más singulares y cruciales del vivir y el modo de ser de los españoles en su llamado Siglo de Oro. Como siempre ocurre con los fenómenos culturales de amplio espectro, puede ser entendido desde distintas perspectivas que se iluminan entre sí: el movimiento paneuropeo de crítica de la religiosidad y de la Iglesia que, en el horizonte del humanismo renacentista, parte de Erasmo de Rotterdam para llegar a la reforma protestante y desembocar en la reacción tridentina; el conflicto de castas y el problema de los conversos; la peculiaridad de una vivencia religiosa que privilegia el intimismo emocional e instintivo y la iluminación personal frente al intelectualismo del saber teológico; y una torsión y tensión de los mecanismos de la lengua, correspondiente al esfuerzo de expresar lo intuitivo y lo entrevisto, que prefiguran la conquista de la irracionalidad en la época del Simbolismo de fines del XIX y de la inmediata vanguardia, en la que el Purismo poético aparece como una derivación y adaptación de la tesitura mental mística. Los dos primeros enfoques son tenidos en cuenta y ocasionalmente aludidos en este libro, que prefiere centrarse en los dos últimos.

AL AIRE DE SU VUELO. Estudios sobre santa Teresa, fray Luis de León, san Juan de la Cruz y Calderón de la Barca

Víctor García de la Concha

Galaxia Gutenberg/Círculo

de Lectores. Barcelona, 2004

414 páginas. 15,50 euros

Víctor García de la Concha, con el precedente, entre otros ya clásicos, de su estudio sobre El arte literario de santa Teresa (1978), ha dispuesto siempre de la difícil reunión de saberes necesarios para afrontar la Mística más allá de las simplificaciones, los tópicos y las limitaciones de lo que Dámaso Alonso llamó "esta ladera", es decir, la consideración de la Mística como un fenómeno puramente literario. Desde la cima en que ambas laderas confluyen, y por ello volando alto al incorporar el conocimiento de la Historia de la Iglesia y la religiosidad hispana, la teología y la literatura medieval y renacentista, tanto en lengua latina como romance, Víctor García de la Concha nos puede ofrecer una visión de la Mística a una altura difícilmente superable. Estamos ante algo más que un libro de divulgación, pero en él se han hecho todos los esfuerzos para acercar su riqueza al lector medianamente informado, sin exigirle ni siquiera ser un estudiante universitario; y se ha logrado al mismo tiempo hacerlo apetecible y novedoso para el especialista.

Santa Teresa se nos presenta en su difícil equilibrio sobre la cuerda floja de la amenaza del poder y la ortodoxia y en el conflicto inherente a su reivindicación de la espiritualidad femenina y del derecho a expresarla, algo que hasta en espíritus abiertos y afines acarreaba un dejo de desconfianza: véase La perfecta casada de fray Luis de León. Se sitúa así la discusión de su estrategia como escritora, desde la llamada divina a la obediencia a letrados, confesores y jerarcas, y la polifacética consideración de su estilo literario bajo como resultado de una actitud de búsqueda y de liberación expresiva sin pretensiones de ciencia y frente al espantajo escolástico, y acaso también como ejercicio de humildad y precaución contra el posible error en un ingenio pretendida y ostensiblemente lego, aunque el autor acaba por desestimar la hipótesis del vulgarismo premeditado como una forma de artificiosidad y fingimiento incompatible con el espíritu de la reforma teresiana y con la letra de sus reglas conventuales.

Se estudia a san Juan en su

formación literaria desde el colegio de Medina del Campo (teatro escolar, clásicos latinos) a la Universidad de Salamanca, pasando por la cultura oral y folclórica y la literatura espiritual medieval y contemporánea, para llegar a tres arduas cuestiones con las que la crítica sanjuanista ha bregado largamente: la lógica peculiar de un discurso capaz de expresar el amor divino a través de la imaginación del humano; los derroteros de una espiritualidad que, tanto por la riqueza de su vivencia religiosa como por la confluencia de estímulos literarios y doctrinales llega a dar el salto de la alegoría al símbolo; el hueso, ciertamente ingrato de roer, que son los comentarios en prosa, frente a la apelación inmediata de los poemas.

En fray Luis, y en directa relación con san Juan, la atención se pone en la traducción y glosa del Cantar de los cantares, considerando las diferencias entre las versiones latina y castellana del comentario, su relación con el tratado De los nombres de Cristo y su significación como crítica del texto de la Vulgata. De Calderón se publica y estudia la glosa del lema "calla y canta" del coro de la catedral de Toledo, en lo que tiene de texto literario, exposición de doctrina y asunción de la significación del silencio, la música y el canto. El muy interesante y curioso capítulo sobre la vida literaria en los conventos nos acerca, con documentación infrecuente y de primera mano, a la poesía de circunstancias, tradicional y vuelta "a lo divino", y a las formas parateatrales que se daban, entre el juego y la devoción, en aquel mundillo clausurado.

Busto de san Juan de la Cruz.
Busto de san Juan de la Cruz.

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