Este mundo de la técnica

Se ha dicho tantas veces que casi resulta un lugar común, una frase millones de veces repetida que ya ni emociona ni conmueve. Sin embargo, por mucho que se repita es cierta: la vida que puebla nuestro planeta constituye el mayor de los prodigios y maravillas que podemos imaginar, y una fuente de sorpresas aparentemente inagotable, al menos por el momento.

Para todos aquellos que no sean conscientes que así es, efectivamente, o para quienes deseen actualizar sus conocimientos relativos a lo que la ciencia nos enseña hoy sobre esa maravilla, en el caso concreto de una parte de esa vida terráquea, una a la que somos especialmente sensibles, la vida humana, el libro de los hermanos Armesto, dos magníficos divulgadores científicos coruñeses, Supervivencia o suicidio, será de gran ayuda.

Se trata de una obra que podríamos denominar de "pura divulgación", un texto en el que sus autores llevan al lector de la mano en una jornada que le conduce primero por los orígenes de nuestra especie, en algún lugar de África (capítulo 1: "Aventuras y desventuras de una pandilla de africanos. La evolución humana"), para pasar a continuación (capítulo 2: "Las dos caras de la moneda. La reproducción y el sexo") por los mecanismos que la vida -la humana y también la no humana- utiliza para reproducirse, siguiendo (capítulo 3: "Lo que no mata engorda. La alimentación") con una descripción de una gran cantidad de detalles relacionados con nuestra alimentación, una función esencial para la supervivencia humana, y finalizando (capítulo 4: "Azotes de la humanidad. Las enfermedades") con el funcionamiento de nuestros cuerpos, incluyendo los mecanismos mediante los cuales combatimos las enfermedades. El recorrido es, como se ve, bastante completo y atractivo, y Francisco y Constantino Armesto lo llevan a cabo con una prosa ágil (es un libro que se puede leer casi de una sentada), en la que abundan los detalles que, cual pasas de un buen pastel, endulzan el producto. Detalles como señalar que mientras que los humildes escarabajos pertenecen a un grupo animal del que se conocen más de trescientas mil especies, del de los homínidos, al que pertenecemos y del que existieron en el pasado varias ramas, sólo una -nosotros- continúa viva, un hecho éste que nos debe hacer pensar. O que en al menos un apartado el denominado "sexo débil" no es tal: debido a que la pareja de cromosomas que los diferencia se repite (XX) en el caso de las mujeres, mientras que en el de los hombres está formado por dos diferentes (XY), ellas pueden resistir mejor la aparición de algún desperfecto genético en uno de los dos; ésta es la razón por la que ciertos males -como el daltonismo o la hemofilia- son más frecuentes en los hombres que en las mujeres.

Tal vez en algunos capítu-

los (los dos últimos especialmente) habría sido mejor prescindir de parte de la abundante información que se ofrece, y dedicar más espacio a explicar algunas de las razones científicas -utilizando disciplinas como biología molecular y evolutiva, fisiología, química o neurofisiología- de nuestras relaciones o reacciones con alimentos o enfermedades concretas, algo que no siempre llevan a cabo los autores. No es imposible, en efecto, que en ocasiones los lectores sientan la sensación de que las páginas que están leyendo tienen más de catálogo o guía que de texto de divulgación científica. Pero es ésta una crítica menor para un libro excelente, muy útil para intentar orientarse a través de este mundo tecnocientífico y "tecnocientificado" en el que vivimos. Un libro, además, que no huye en algunos momentos de entrar en dominios que tienen que ver no sólo con la información sino también con la opinión y valores morales. "¿Tenemos derecho a introducir organismos genéticamente modificados en la biosfera sin haber valorado exhaustivamente las consecuencias que afectarán a nuestros descendientes?", se preguntan, por ejemplo, los autores tras una equilibrada introducción a estos nuevos organismos, añadiendo inmediatamente: "Y en cuanto a la economía: diez sociedades, nueve en el norte rico y una de México, controlan aproximadamente el 40% del mercado mundial de semillas". Biodiversidad, control de la natalidad para conservar en un nivel viable la población de la humanidad, nuevos medios de intervenir en las formas de reproducción humana, o, como ya se trasluce en la cita anterior, problemas que surgen para lograr un reparto más justo de bienes procedentes de la naturaleza, son algunos de esos "otros" temas que van más allá de la divulgación que también se pueden encontrar en este bien escrito e informado libro.