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Columna
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El optimismo de Puig

En contra de lo que opina Joaquim Puig, no creo que la fragmentación de la izquierda valenciana sea un problema para enfrentarse con éxito al Partido Popular en unas elecciones. El verdadero problema, en mi opinión, es que la izquierda valenciana carece de ideas para oponerse al Partido Popular. No hay más que leer las declaraciones de sus líderes, publicadas por este periódico el pasado lunes, para advertirlo. Y cuando escasean las ideas, faltan argumentos para convencer al ciudadano de que nos debe votar.

Respeto el optimismo del que Puig hace gala en sus afirmaciones, pero dudo que con ese equipaje los socialistas puedan llegar muy lejos. Cuando se está satisfecho porque los porcentajes de voto actuales son idénticos a los de diez años atrás, uno no se plantea en serio ganar las elecciones. Un político que aspira a la victoria no mira hacia el pasado salvo para aprender de sus errores; Puig, en cambio, lo hace para confortarse. Tal vez el camino le resulte más cómodo, aunque es difícil que conduzca al éxito que ansía.

Señor Puig, le hablaré del caso de Alicante que es el que mejor conozco por tenerlo a mano. Aquí, en Alicante, el señor Franco lleva varias elecciones obteniendo unos porcentajes de voto extraordinarios. Si hemos de creer en sus análisis, los socialistas alicantinos logran, en cada elección en la que participan, unos resultados aún más excelentes que en la votación anterior. Pese a ello, el señor Franco se ha convertido en un reputado especialista en derrotas electorales. Y es que, aunque maneja los porcentajes de un modo admirable, Franco no ha sido capaz, al día de hoy, de plantear cuatro ideas sólidas sobre la ciudad para oponerlas a la desvergüenza del Partido Popular. Así que, señor Puig, quizá les valiera más dejar los porcentajes y dedicarse a buscar buenas ideas.

Habla usted de una victoria progresista en 2007. Eso está muy bien, pero antes debería explicarnos qué es el progresismo, porque el concepto, me temo, no se entiende con la debida claridad. Veamos un ejemplo. ¿Diría usted que el Bloc es un partido progresista? Pues ya tenemos al Bloc gobernando en Benasau. Y ahora, preguntémonos, ¿cómo gobierna el Bloc en Benasau? Gobierna, más o menos, como lo haría cualquier alcalde del Partido Popular en cualquier otro municipio de la Comunidad Valenciana. Señor Puig, si debo darles mi voto para llevarles al poder, me gustaría, al menos, que sirviera para cambiar alguna cosa. Y conste que hablamos de Benasau porque está de actualidad y, de ese modo, nos evitamos hacerlo de Elche y poner en duda la política progresista que allá hace Diego Maciá.

Vistas así las cosas, francamente, yo no sé si quiero un cambio en el 2007. Para saberlo, tendría que conocer las medidas que ustedes piensan adoptar en cuanto lleguen al gobierno. Y, por el momento no nos han dicho nada sobre ello; o si lo han dicho, no lo hemos entendido, lo que aún sería peor. Lo que sí hemos visto han sido las prisas de Joan Ignasi Pla para hacerse una foto con los señores de la patronal. Desde luego, es normal que un aspirante a la presidencia de la Generalidad hable con la patronal, pero lo insólito es que descuide a quienes realmente le pueden votar. Y eso, curiosamente, no parece importarle gran cosa a Pla. Si, como usted asegura, pretenden "ampliar la base política de los ciudadanos", les deseo ánimo, el trabajo no les ha de faltar.

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