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El Museo de Arte de Girona reivindica la Cataluña pop

La primera exposición colectiva sobre el movimiento incluye a 38 artistas

Cataluña también fue pop. Los escépticos pueden corroborarlo contemplando las 63 obras de 38 artistas que se exponen en El llegat del pop-art a Catalunya, la primera gran exhibición colectiva sobre la influencia del movimiento en el arte catalán. La exposición, que ocupa seis salas del Museo de Arte de Girona hasta el 12 de septiembre, redescubre algunos artistas plenamente pop y demuestra que reputados pintores abstractos también coquetearon con el movimiento.

El llegat del pop-art a Catalunya, de la que es comisario Antoni Álvarez de Arana, analiza las décadas de 1960 y 1970, una época en que los artistas sazonaron de crítica política al franquismo unas bases estéticas fundamentadas en la sociedad de consumo y el optimismo americano. Álvarez destaca que la exhibición de Girona es el primer paso hacia una revisión global del movimiento en Cataluña. "Los referentes críticos son muy escasos y no existían exposiciones anteriores, de manera que el método de búsqueda fue visitar directamente a los artistas o a determinados coleccionistas", explica Álvarez. El comisario asegura que para documentar los inicios del movimiento ha recurrido a los críticos Alexandre Cirici y Rafael Santos Torroella, a quienes define como "paladines del movimiento en los sesenta".

Entre los pioneros de los planteamientos pop en Cataluña, la exposición incluye a Modest Cuixart, Josep Guinovart, Albert Ràfols-Casamada, Romà Vallès y Daniel Argimon. Una de las piezas chocantes es Negre ferit de bala, un maniquí con los ojos vendados realizado por Lluís Güell en 1965. Álvarez cree que Güell es un artista por reivindicar y que esta pieza debería exhibirse en un museo. Advierte de que Josep Mimó (Barcelona, 1916) es el "gran descubrimiento" de la exposición. El artista, afincado en Sitges, realizó una obra plenamente pop entre los sesenta y setenta.

El mural de Tipel

La exposición muestra una serie fotográfica sobre una creación que la prensa inglesa consideró "la mayor obra pop del mundo". Se trata del enorme mural de la fábrica Tipel de Parets del Vallès, pintado por Eduard Arranz Bravo y Rafael Bartolozzi en 1974.

El uso de elementos de la sociedad consumista marca muchas de las obras expuestas: Narcís Comadira manipuló la caja de una lavadora "superautomática" Bru, Jaume Xifra fue de los primeros en usar el aerosol, Pere Noguera se valió de las fotocopias y Praxis 75 usó con destreza el collage.

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Encuadrados en los temas abiertamente pop, se muestran obras de Antoni Muntadas basadas en Martin Luther King y Mónica Vitti, carteles de cine manipulados por Josep Niebla, cuadros psicodélicos de Zush, el uso de la imagen de Marilyn Monroe por Antoni Padrós y maniquíes con elementos eléctricos añadidos ingeniados por Amèlia Riera. Se expone también la obra de Carme Aguadé Grups de pressió (1971), que reproduce dos sifones y que el escritor Manuel Vázquez Montalbán definió como "la obra más genuina del pop catalán". La exhibición sorprende con dos obras de Richard Hamilton, considerado el padre del pop-art, realizadas durante sus estancias en Cadaqués.

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