Rajoy acusa a Zapatero de ceder ante los nacionalistas a cambio de apoyo

A las nueve de la noche, tras cinco horas de debate sobre la Constitución europea, comenzó ayer la sesión semanal de control al Gobierno. El PP acusó al Gobierno de ceder a las presiones de los nacionalistas y mantener "contradicciones diarias" entre sus ministros. Mariano Rajoy reprochó al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que haya renunciado al déficit cero para contentar a los nacionalistas catalanes y vascos.

El jefe del Ejecutivo replicó que quien cedió ante el PNV fue José María Aznar en 1996. Zapatero recordó unas declaraciones de Xabier Arzalluz, que dijo que había logrado más de Aznar en 15 días que de Felipe González en 13 años.

El líder del PP preguntó a Zapatero si cree que "la estabilidad presupuestaria es un principio negociable sometido a la aritmética parlamentaria". Recordó la negociación la semana pasada en el Congreso con ERC para elevar el techo de gasto del Ejecutivo tripartito catalán, y la que se produjo ayer en el Senado con CiU y el PNV.

El presidente del Gobierno replicó que su apuesta por la estabilidad presupuestaria es más flexible de la que defiende el PP. Recordó que el PSOE recurrió ante el Tribunal Constitucional, cuando estaba en la oposición, las exigencias que la Ley de Estabilidad presupuestaria imponía a las comunidades autónomas. Y aseguró que el PSOE, ahora en el Gobierno, tiene derecho a apoyarse en su "mayoría parlamentaria", es decir, a negociar el respaldo de otros grupos.

Rajoy pidió a Zapatero que no pacte con los grupos minoritarios en una cuestión que pone en riesgo, a su juicio, la capacidad de crecimiento de la economía española, y le ofreció el apoyo del PP siempre que el crecimiento del gasto público no supere el del PIB.

Zapatero enfatizó que el PSOE cree en la estabilidad presupuestaria pero "a lo largo del ciclo", lo que permite déficits en los años con recesión y superávits en los ejercicios en los que la economía crezca. En todo caso, agradeció al líder de la oposición su apoyo en este asunto pero le recordó que, desde la investidura, cuenta con una mayoría parlamentaria.

Después de Rajoy y, como ya es habitual, los populares Ángel Acebes y Eduardo Zaplana interrogaron a la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, sobre las supuestas contradicciones del Gobierno. Acebes se cebó en las críticas del asesor económico del presidente del Gobierno, Miguel Sebastián, a las desgravaciones fiscales para la compra de la vivienda habitual y preguntó si se mantendrán o no esas ayudas fiscales.

La vicepresidenta evitó una respuesta directa y, a cambio, espetó a Acebes que con los Gobiernos del PP el precio de la vivienda ha subido seis veces más que los salarios y que España se ha "quedado a la cola" del gasto social en Europa. De paso, acusó al anterior Ejecutivo de "esconder deudas públicas debajo de la alfombra del déficit cero".

Zaplana arrancó con una pregunta similar. Quiso saber si el Gobierno defiende el "interés general". La vicepresidenta replicó con la conocida como guerra del fútbol, una disputa que se ventiló en el primer cuatrienio del PP. "Para ustedes hace tiempo el interés general era transmitir partidos de fútbol. Metieron a los españoles en una guerra, la digital, que tuvimos que pagar todos los españoles", afirmó De la Vega.

Pero Zaplana quería hablar de otra guerra, de la del agua, por el trasvase del Ebro, que el Ejecutivo socialista acaba de suspender. Según el portavoz popular, el Gobierno ha anulado el trasvase porque "su debilidad le lleva a someterse a los criterios de otras Administraciones y de grupos políticos minoritarios". Y el caso palmario es, a su juicio, el Plan Hidrológico Nacional.

"Parar el PHN es una irresponsabilidad y una gran demostración de la solidaridad, la cohesión y su interés para defender los intereses de todos", mantuvo Zaplana. "Dejan sin posibilidad de agua y de progreso a miles de personas, entre otros sus votantes, y les proponen un simulacro de alternativa, verter agua dulce al mar y luego sacarla del mar para desalarla".

Las preguntas de Rajoy, Acebes y Zaplana se resumen en una acusación al Gobierno: "Se olvidan de las personas que aunque no sean nacionalistas también son españoles". Zapatero y Fernández de la Vega mantuvieron que es ahora cuando se gobierna para todos los españoles.