Una de cada cinco familias vascas dispone de una segunda residencia
Los pisos se concentran en las provincias limítrofes y el Mediterráneo
En Euskadi, 392.529 ciudadanos son propietarios de una vivienda de segunda residencia, lo que significa que una de cada cinco familias vascas (el 19%) dispone de un piso de estas características. Es la segunda comunidad española, por detrás de Madrid, que presenta un mayor índice de posesión de hogares de uso temporal. Las preferencias de los vascos se orientan a las provincias limítrofes, la costa mediterránea y las regiones de origen de la población que emigró en la década de los años 60.
Los vascos son titulares de un cifra aproximada de 145.000 viviendas secundarias, si tomamos como referencia que cada unidad de familia está integrada por una media de 2,7 miembros. Es una proporción elevada, muy superior a la media española, lo que denota la elevada capacidad económica y el alto nivel de bienestar de la sociedad vasca. Sólo le supera la Comunidad de Madrid, donde casi una de cada cuatro familias (el 23,6%) cuenta con una segunda vivienda.
Los vascos aventajan de esa forma a catalanes y navarros, que rondan la media nacional, en torno al 15%, según los datos extraídos del Censo de Población y Viviendas elaborado recientemente por el Instituto Nacional de Estadística (INE), referido al año 2001.
De los 392.529 vascos con pisos para el esparcimiento, 249.504 son vizcaínos, 90.170 guipuzcoanos y 52.855 alaveses. El catedrático de Sociología Urbana de la UPV, Víctor Urrutia, advierte de que en los últimos años está emergiendo incluso el fenómeno de la "tercera residencia".El catedrático Víctor Urrutia sostiene que el fenómeno de la segunda vivienda tiene "una gran trascendencia económica y social" en Euskadi y es un indicador muy acertado del "bienestar social y el cambio de pautas en el estilo de vida de muchos vascos". No obstante, Urrutia pone el acento en la "gran paradoja" que supone el crecimiento constante de la segunda residencia, por un lado, frente a "la dificultad de acceso a la primera residencia para las generaciones jóvenes". "El País Vasco demuestra gozar de un elevado nivel de renta, pero al mismo tiempo expresa una carencia grave para ofertar pisos, tanto de nueva construcción como de segunda mano, para los segmentos más necesitados de la población", sentencia.
A la hora de adquirir una casa para el descanso, la función principal para la que se destinan estos inmuebles, los vascos han optado por adquirirlas las provincias limítrofes (Cantabria, Burgos, La Rioja y Navarra), puntos muy turísticos de la costa mediterránea (Tarragona, Alicante, Castellón y Málaga) y los lugares de donde proceden las familias que emigraron a mediados del siglo pasado (Extremadura, Castilla y Galicia). También han proliferado las viviendas secundarias en poblaciones de Huesca, y Lleida, como Jaca o Baqueira, empleadas principalmente en la temporada de esquí y montaña. Una pequeña élite (apenas 1.000 personas), disponen de un segundo piso en las Baleares, Tenerife y Las Palmas, mientras que casi 1.100 familias la han comprado en el extranjero, en las Landas franceses en una gran proporción.
Castro, Benidorm, Logroño
Por municipios, el censo revela que hay 9.721 vacos con una vivienda temporal en Castro Urdiales (Cantabria), otros 8.638 en Torrevieja (Málaga), 4.792 en Benidorm (Alicante), 3.578 en Burgos, 1.845 en Logroño y 1.408 en Cambrils (Tarragona). En el caso de Castro, donde un gran número de vizcaínos ha adquirido en los últimos años un inmueble, los analistas hacen notar que un gran número de estas viviendas podrían figurar ya como primeras residencias, pese a que sus propietarios sigan estando empadronados en Vizcaya, su lugar de nacimiento.
Urrutia advierte de que en España está emergiendo el fenómeno de la "tercera vivienda", sólo al alcance de unos pocos adinerados capaces de mantener dos viviendas de recreo o descanso, además del hogar principal. Otro dato recogido en el trabajo del INE pone de manifiesto que la mayoría de los propietarios hacen uso de estas residencias durante un periodo inferior a dos meses al año. Sólo una cuarta parte de estas personas la ocupa durante más de tres meses.
Por lo que se refiere al parque de viviendas secundarias existente en Euskadi, la cifra global se eleva a 47.863 -11.115 en Álava, 15.598 en Guipúzcoa y 21.150 en Vizcaya-, lo que supone un 5% del total de viviendas familiares. Son pisos de descanso, utilizados principalmente para los meses de veraneo y, del total, una proporción muy elevada se encuentran repartidas en las principales localidades costeras. En San Sebastián existen 3.998 viviendas que sólo están habitadas durante una época muy corta del año; le siguen en el ranking Zarautz (3.548), Bilbao (3.493) y Vitoria (3.088). Hondarribia supera ligeramente las 2.000 viviendas de segunda residencia y rondan esa cifra los municipios de Bakio, Gorliz, Lekeitio, Labastida, Plentzia y Sopelana. La gran mayoría pertenecen a vascos (el 82%), aunque hay 5.500 madrileños que veranean en un piso de su propiedad situado en Euskadi, además de otros 4.200 navarros, 3.832 castellano leoneses y 1.300 riojanos en la misma situación. La alcaldesa de Zarautz, Maite Etxaniz, afirma que este fenómeno exige "mantener un buen nivel de los servicios públicos para atender en determinadas épocas del año a una masa de gente que casi duplica la población habitual".
El viceconsejero de Vivienda, Javier Deán, considera que los datos del INE sobre la segunda residencia en el País Vasco hay que tomarlos "con mucha cautela" y precisa que su departamento tiene centrados sus esfuerzos en "cubrir la demanda de primera vivienda y la ocupación de los pisos vacíos". De la misma forma que el Gobierno ha propuesto aplicar un recargo en el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) a los propietarios de viviendas desocupadas, Deán asegura que el Ejecutivo "no contempla" emplear también este gravamen para las de segunda residencia.
Fuentes del Departamento de Ordenación del Territorio, consideran que este "altísimo" volumen de viviendas de segunda residencia supone "un problema medioambiental muy serio". Es una consecuencia más, apuntan, de la "extensiva ocupación del suelo" (en los últimos 30 años se ha ocupado más territorio que en toda la historia del País Vasco, entre casas, instalaciones industriales e infraestructuras). Además de esta invasión de terreno, inciden negativamente en la sostenibilidad porque "generan más necesidad de uso del transporte privado y originan un mayor consumo de recursos naturales".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.