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Unas 3.000 personas se manifiestan para reclamar sus pisos

Los vecinos denuncian los retrasos de hasta siete años y el incremento de los precios

En torno a 3.000 vecinos de los nuevos barrios de Carabanchel, Vallecas y el sureste de la capital (Cañaveral, Ahijones, Berrocales y Los Cerros) se manifestaron ayer desde la plaza de la Villa hasta la Puerta del Sol para protestar contra la especulación del suelo y exigir la construcción y entrega inmediata de sus viviendas, en torno a 75.000. Con el lema Por el derecho a techo. Stop a la especulación, los ciudadanos reclamaron su derecho a una "vivienda digna", y reclamaron diligencia a los gobiernos regional y local para que aceleren los procesos.

Los afectados por los programas de actuación urbanística (PAU) exigieron en la mañana de ayer tanto al alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, como a la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, que den soluciones para estos nuevos barrios, con capacidad para más de 200.000 personas.

Con gritos de "Viviendas más, pero sin esperar", "Un bote, dos botes, Gallardón el que no bote", "¿Dónde están?, no se ven, las viviendas del PP", unos 3.000 vecinos -10.000 según los manifestantes- recorrieron ayer la calle Mayor, desde el Ayuntamiento hasta la Puerta del Sol, sede de la presidencia regional, en una marcha convocada por la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM), a la que se sumaron diversas asociaciones de vecinos de esos barrios o plataformas de vivienda joven, entre otros.

"La Administración pública tiene que poner freno a la especulación del suelo, y a la vez encontrar mecanismos para que los nuevos barrios se entreguen lo antes posible", demandó un responsable de la FRAVM, que encabezó la marcha.

El portavoz socialista de Urbanismo en el Ayuntamiento, Félix Arias, por su parte, señaló que el gobierno municipal rechazó el año pasado la propuesta de formar un grupo de trabajo -integrado por el gobierno local, la oposición, los promotores y los afectados- para dar soluciones concretas a los problemas de los nuevos barrios, así como la creación de una oficina de información para los vecinos en cada polígono. "Cuantos más años pasen, más se va a revalorizar el terreno", aseguró el concejal socialista, quien explicó que a muchos de los afectados se les "engañó" al decirles que el precio de sus viviendas era la cantidad que se les prometió en un principio: "El precio se establecerá una vez que se dé la aprobación para urbanizar las distintas zonas", añadió.

Precios irreales

Eso es lo que le ha sucedido a Susana Hidalgo, de 32 años, que en 1999 compró, junto a su novio Juan Jesús, una vivienda de 80 metros cuadrados en el PAU de Carabanchel, con tres habitaciones, piscina y garaje. El precio inicial era de 87.000 euros (unos 14,5 millones de las antiguas pesetas), pero ahora está cifrado en casi 100.000 euros (dos millones más de pesetas del precio de compra). "El piso está terminado desde diciembre, pero no podemos irnos allí, porque no nos dan las llaves". Mientras, Susana y Juan Jesús siguen viviendo en casa de sus padres y haciendo frente a la hipoteca de 393 euros al mes. "Nos han dicho que en un mes nos darán el piso, pero ya no nos creemos nada", explicaba la joven.

En una situación parecida están también Gema Gómez, de 26 años, y José García, de 30, cuyo enlace, después de ocho años de noviazgo, está pendiente de la entrega de su vivienda en el Ensanche de Vallecas. "Nos dijeron que tendríamos la casa en 2003, pero ni tan siquiera han concedido la licencia de obras, que solicitaron en octubre de 2002", explica la pareja.

"Estamos hartos de esperar", afirman, al tiempo que asumen que tendrán que pagar 48.000 euros más del precio por el que compraron.

Los organizadores de la manifestación y los vecinos reclamaban, además del fin de los retrasos en la entrega de los pisos, la construcción en los barrios de Carabanchel y de Vallecas de los equipamientos básicos, tales como colegios y hospitales. "Cuando nos den la casa, después de siete años esperando, no habrá ni colegios, ni centros de salud", se queja Rosa. "Al final tendré que seguir con mi médico de Aluche", añade.

Su situación no difiere de la de los compradores de los nuevos barrios del sureste -Los Cerros, Cañaveral, Ahijones, Berrocales, en el distrito de Vicálvaro, más Valdecarros, en Vallecas-, que han visto cómo la demora en la entrega de los otros barrios ha repercutido en el desarrollo de sus viviendas, que estaban previstas en el segundo cuatrienio del plan general (a partir de 2001). "Estamos pagando una hipoteca de 506 euros al mes desde hace más de un año y todavía la casa no existe", explica Juanma Ripoll, de 31 años.

Enlaces para estrenar piso

La mayoría de las casi 200.000 personas que están a la espera de tener una de las 75.000 viviendas previstas en los nuevos barrios de la capital son parejas jóvenes cuyos planes de vida dependen, en buena medida, de que puedan disponer de su casa.

Sara Gómez y Amadeo García, propietarios de una vivienda en el PAU de Carabanchel, están desmoralizados. Su piso está terminado desde hace cuatro meses, pero no tienen llaves, y tampoco pueden habitarlo. "Nos casamos el 10 de julio, pusimos la fecha pensando que ya tendríamos la casa. Al final nos quedamos a vivir en casa de mis padres, que nos van a hacer el favor", explicaba en la manifestación de ayer Amadeo. En el nuevo barrio de Carabanchel, las casas deberían haberse entregado en diciembre de 2002. El Ayuntamiento otorgó hace una semana las primeras licencias de primera ocupación para 500 viviendas, de un total de 11.350, pero se trata sólo de viviendas de precio libre.

La construcción de los pisos de protección oficial, cuyo coste establece la Comunidad en módulos, está paralizada en Carabanchel, según la propia plataforma del PAU, porque el presidente de la Junta de Compensación, Manuel Dapena, "está esperando a poder aplicar el último módulo para cobrar más". Él fue, junto con el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, y la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, el centro de muchas de las críticas de los manifestantes.

En el PAU de Vallecas la situación tampoco difiere mucho. De las 26.000 viviendas proyectadas, para unas 100.000 personas, sólo se han concedido licencias para 242 casas. "Primero anunciaron fechas de entrega a partir de 2002, luego hablaron de 2004, y ahora hablan en muchos casos de 2006", denuncian desde la plataforma de afectados.

Para los propietarios de viviendas de los nuevos barrios del sureste de la capital (Cañaveral, Ahijones, Berrocales y Los Cerros), la idea de habitar su casa es casi un espejismo. Francis, de 31 años, y Mercedes, de 30, compraron un piso en El Cañaveral en 1997, con fecha de entrega de 2001. Invirtieron en él 21.000 euros, y al final han decidido salirse de la cooperativa. "No hay nada allí. Hablan de 2009 o 2010 para entregar los pisos", explica el joven. "Al final hemos optado por comprarnos otro piso porque queremos casarnos ya".

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