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Perfil | Antoni Costa

Un isleño reconvertido

Antoni Costa acaba de llegar al cargo, así que reconoce que todavía está tomando contacto, pero asegura que llega a la presidencia de Paradores con el objetivo de modernizar la red, allí donde haga falta, y de mantener su rentabilidad sacando el máximo partido al patrimonio histórico-cultural y al patrimonio natural que tiene España.

Nacido en Ibiza hace 51 años, Costa ha debido superar el carácter insular con una trayectoria profesional que le ha llevado a vivir once años entre Madrid y Bruselas. Gerente de hotel, empieza a compatiblizar su trabajo con la asistencia al Parlamento de las islas Baleares como diputado del PSOE y miembro del Consejo Insular. Es el primer paso en su camino por la vida pública. Más tarde es elegido miembro del Congreso de los Diputados por Baleares durante tres legislaturas en las que se involucra, entre otras cosas, en las comisiones de industria y de control de Radiotelevisión Española y en la comisión mixta Congreso-Senado para la Unión Europea.

En el año 2000 asume las funciones de director del Centro Balear Europeo en Bruselas y en 2002 pasa a ser delegado del Gobierno de las islas Baleares en la misma ciudad. No debía gustarle mucho el clima belga a un hombre que añora su isla y que lo que más le gusta, según propia confesión, es la actividad al aire libre, algo que atribuye a sus orígenes familiares.

Costa es hijo de agricultores y tiene en el campo -"en un campo que se trabajaba con arado romano en una agricultura de supervivencia", dice- sus primeros recuerdos. A ese campo y a ese mar que rodea su isla acude siempre que puede; allí dice que le gustaría terminar su vida y allí pasea, hace deporte y navega "en el barco de los amigos, que es la mejor forma de navegar". Otro de los escapes de este isleño reconvertido es fumarse "sólo de vez en cuando" un puro habano, una pequeña distorsión en un hombre apasionado por la naturaleza y el aire libre.

Costa llega a Paradores cuando la empresa turística tiene en marcha un ambicioso plan de crecimiento, del que su nuevo responsable no desvela su futuro. Aunque adelanta que en la empresa habrá pocos cambios. "Soy partidario de aprovechar todo lo bueno que tienen las organizaciones", afirma, "y en Paradores es mucho. Cambios, solamente los imprescindibles". Seguro que uno de ellos es su presencia en los establecimientos de la red. Costa iba de vez en cuando a algún parador, "pero lo que se dice ser cliente habitual, no, no lo era".

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