La huelga en el Ayuntamiento bilbaíno deriva en nuevos sabotajes

Las oficinas municipales de Bilbao volvieron ayer a padecer daños intencionados durante la jornada de huelga convocada por los sindicatos mayoritarios ELA, LAB y SVP. Si la pasada semana estuvieron paralizadas por un sabotaje informático, esta vez hubo menos problemas, pero la luz y el servicio de telefonía estuvieron interrumpidos. Los sindicatos negaron la autoría de los hechos pero el alcalde les responsabilizó y calificó de "chantaje" su actitud.

Los trabajadores del edificio consistorial se encontraron con que poco antes de las 9.00 -hora de inicio del paro, que como el viernes anterior se prolongó hasta las 13.00- no había luz en las dependencias ni tampoco funcionaba el teléfono. Los problemas de iluminación continuaron hasta las 10.00, cuando se restableció gracias al sistema automático existente, pero luego hubo más cortes. En muchas áreas, los teléfonos sólo funcionaron internamente y no se podían realizar llamadas al exterior. Los ordenadores tampoco operaban con normalidad.

Pese a ello, tanto el edificio del Ayuntamiento como el resto de dependencias municipales permanecieron abiertos durante las cuatro horas de paro, que volverá a convocarse la próxima semana. La intención de los sindicatos es adelantarla al jueves, para que coincida con el pleno municipal mensual.

Empleados municipales confirmaron la existencia de piquetes -"no violentos, pero sí insistentes"- que instaban a los funcionarios a sumarse al paro, que pretende forzar un convenio en el Ayuntamiento y no en el Arcepafe, el foro de negociación de todas las administraciones e instituciones vascas.

El equipo de gobierno denunció que los sindicatos, como la semana anterior, "han recurrido a la violencia y a la coacción". "Aunque los daños económicos son pequeños, una vez más estos sindicatos han demostrado que solo saben ejercer su derecho causando daños y destrozos", señaló en un comunicado.

Los sindicatos rechazaron su responsabilidad en los sabotajes y aseguraron que se habían dado instrucciones a los huelguistas para no utilizar la violencia. El alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, se mostró irónico. "Habrá sido un ángel que pasaba por Bilbao y ha roto esas cosas", dijo, después de calificar de "chantaje" la actitud de ELA y LAB. "Una cosa es la libertad de expresión y otra es sabotear los bienes públicos".

Los tres sindicatos convocantes afirmaron que el paro de ayer fue "total" en el Ayuntamiento y las empresas municipales. Aseguraron que, junto a los trabajadores del consistorio, fue secundado por la totalidad de los empleados de las empresas municipales, salvo dos (Cimubisa y Funicular de Artxanda) que negocian su propio convenio. El consistorio, como la semana pasada, no dio ninguna cifra.

El comité y el concejal de Empleo, Ricardo Barkala, se reunieron ayer para tratar el conflicto y se acordó mantener un nuevo encuentro el martes. El representante de ELA, Txema Landa, adelantó que las movilizaciones continuarán si se propone el acuerdo logrado entre Eudel y CC OO para los ayuntamientos vascos, pactado en la mesa del Arcepafe.

Por otro lado, ELA y LAB se concentraron ayer en Bilbao para reclamar una negociación del convenio para la Diputación.