Una advertencia muy seria
Ese partido contra Croacia ha sido muy extraño. En el primer tiempo, los Bleus dominaron a la perfección a sus adversarios. El equipo croata se preocupaba sobre todo de defender, no era peligroso. Fabien Barthez debió de tocar dos o tres balones. Jamás hubiera pensado que el segundo tiempo iba a ser tan difícil, con esos diez o quince primeros minutos catastróficos.
Los Bleus dieron muestras de una falta de concentración y de una relajación incomprensibles. De golpe, el equipo croata se liberó, empezó a mover el balón con mucho más dominio técnico. Marcó dos goles y el equipo de Francia se encontró en la piel de un boxeador que había dominado los primeros asaltos, pero acababa de encajar un gancho. Estaba al límite de la ruptura.
Afortunadamente, los Bleus se recuperaron, pero realmente rozaron la catástrofe. La cuestión que se plantea es: ¿subestimaron los franceses a su adversario? Francamente, no lo creo, pero esperaban encontrar un equipo agresivo, lo que no ocurrió al principio. Se echaron a dormir. También me pareció que se movían muy abajo, lo que no suelen hacer. La actividad ofensiva no fue perfecta. Pero lo que más me llamó la atención fue que perdieron el dominio del centro del campo. De pronto, los delanteros no recibían buenos balones.
Jacques Santini alineó detrás a cuatro defensas centrales, prescindiendo de Bixente Lizarazu y de Willy Sagnol. Sin embargo, donde los croatas nos hicieron más daño fue en el centro. Este partido marcaba también el regreso de Marcel Dessailly. Hizo un primer tiempo satisfactorio, con su extraordinaria presencia atlética, pero estuvo muy rezagado en el segundo tiempo, igual que todo el equipo. Los Bleus ya no estaban ordenados, el equipo se había estirado a lo largo.
Desde el principio de la Eurocopa, nuestros delanteros tienen una tarea ingrata. Se les espera tanto... Contra Croacia sufrieron un marcaje individual y sus adversarios cometieron pocas faltas. Thierry Henry y David Trezeguet estaban atenazados.
Podemos sentirnos decepcionados con el resultado, pero la clasificación para los cuartos de final no está comprometida. Tenemos una oportunidad inesperada: jugamos contra los suizos, que no van a mejorar en cuatro días. Por lo tanto, no estoy preocupado: acabaremos primeros o segundos. Pero tenemos que tomarnos este partido contra Croacia como una advertencia muy seria. Afortunadamente, tuvimos un gran Zidane. Se hace cargo del juego, lo que debería permitir a sus compañeros jugar con más confianza. Demasiados jugadores permanecen estáticos, sin proponer movimientos. Les vi beber mucho: ¿estaban físicamente afectados? No hay por qué dudar. No creo haber visto a la verdadera selección francesa.
Aimé Jacquet es director técnico nacional del fútbol francés y publica sus artículos en Le Monde.
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