Familias formidables
Las familias en el flamenco son una referencia ineludible. Las familias gitanas, especialmente. ¿Qué otra cantaora, si no es Salomé Pavón, puede hablar de padres, y abuelos, y otros parientes inmediatos que se llaman, o se llamaron, Manolo Caracol, Arturo Pavón padre e hijo, Luisa Ortega, Niña de los Peines, Tomás Pavón...?
Nadie, ni de lejos. Salomé lo hizo, con naturalidad, sin alharacas. Acudió a la cita, además, sin su padre, quien debía acompañarla al piano, pero cuya delicada situación de salud le retiene hospitalizado.
Cantó Salomé justamente algunas cosas de la familia, y lo hizo con convicción, con momentos de mucho arte. Un arte que, sin embargo, no basta para hacernos olvidar la abismal distancia que, en lo flamenco, les separa de sus antecesores. Salomé Pavón asume con humildad esa condición de heredera y se aplica a hacer el cante con mucho corazón. Y lo hace bien.
Flamenco Pa'Tos
Guitarra en concierto: Pepe Habichuela y José Miguel Carmona. Cante: Antonio Pitingo y Salomé Pavón. Toque: José María Molero. Baile: Antonio el Pipa. Auditorio del Colegio de Médicos, Madrid, 16 junio.
Otra familia, los Carmona. Pepe Habichuela con su hijo Josemi (ex ketama desde hace dos días). Formidable siempre el toque del mayor, aunque me temo que su hijo le está llevando demasiado al mundo de la electrónica y de las percusiones. Y esto puede ser preocupante, porque nos estamos quedando sin la belleza de la guitarra sola en concierto.
Otra familia más, la de Antonio el Pipa y su tía la Juana Fernández. Hicieron lo mejor que saben hacer, esos bailes y cantes con los que vivieron siempre. Por soleares, ella cantando al baile de él, logran siempre momentos de genialidad que maravillan.
Y una sorpresa: Antonio el Pitingo. Un cantaor desconocido con voz laína y con buen sonido.
Babelia
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