Ideal sonoro
En el palacio de El Pardo se celebró el martes la clausura del curso de la Escuela Superior de Música Reina Sofía y la entrega por la Reina a la pianista Alicia de Larrocha del Premio Yehudi Menuhin a la Integración de la Música y las Artes, bien merecido tras más de 70 años de ejercicio como intérprete y profesora.
En cierto modo, Paloma O'Shea continúa en la historia la labor de la Academia Marshall, fundada por Enrique Granados y dirigida durante bastante tiempo por Alicia. Tomás Marco glosó la figura de la galardonada con palabras precisas y exactas a las que respondió Larrocha con el estilo escueto que la caracteriza.
En su parlamento, Paloma O'Shea se refirió sucintamente a los triunfos de "sus chicos" en el mundo, que forman ya una nómina aleccionadora, así como a la labor de profesores de reciente incorporación, como es el titular de la cátedra de Trompa, Radovan Vlatkovic; el director Rudolf Barshai, los grupos de cámara o la orquesta que mostró, bajo la guía del maestro ruso, unas calidades tan altas como cabía esperar del maestro y los jóvenes instrumentistas, para renovar el reciente éxito de su actuación en la Academia de Santa Cecilia de Roma.
Clausura del curso de la Escuela de Música Reina Sofía
Concierto por la Orquesta del Centro. Director: R. Barshai. Obras de Arriaga y Shostakóvich. Palacio de El Pardo, 15 de junio.
Barshai posee muchas virtudes, pero la primera me parece decisiva y es la posesión de un "ideal sonoro" que transmite belleza a los instrumentistas y a cuantos los escuchan. Bravísima la interpretación de la deliciosa obertura de Los esclavos felices, de Juan Crisóstomo de Arriaga, en su fácil y grácil andadura, y emocionante la Sinfonía opus 110 de Shostakóvich, que no es sino una magistral traslación llevada a cabo por Barshai del Cuarteto número 8.
Babelia
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