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LA PIZARRA | Eurocopa 2004 | Segunda jornada del Grupo A
Columna
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Falló la estrategia y el juego de banda

Mucho calor en Oporto, en unas condiciones en las que jugar al fútbol exige un enorme gasto físico. España tuvo a su favor una grada repleta, en la que sobresalía el color rojo. Pero el partido salió espeso y trabado. España disfrutó de largas fases de posesión de balón en la primera parte, pero no fue capaz de generar grandes ocasiones de gol ante la defensa griega, que se organizó con tres centrales: un líbero, Dellas, jugador de la Roma, y otros dos para hacer marcajes al hombre sobre Raúl y Morientes. España no fue capaz de aprovechar las jugadas de estrategia y, hasta la entrada de Joaquín, tampoco supo desbordar y desdoblarse por las bandas, un aspecto clave en este tipo de partidos.

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Situación crítica

- El desmarque de Raúl. La jugada del gol de España fue casi prefecta. Raúl hizo un desmarque de apoyo para sacar de su zona al defensa griego que le vigilaba. Es verdad que posteriormente se valió del error del contrario, pero Raúl alcanzó el espacio libre que él mismo había generado y con un pase de tacón dejó a Morientes para que marcara. Una acción de un jugador listo, que interpretó lo más conveniente ante una defensa con las características de la griega.

- La estrategia a balón parado. Se ha comprobado ya en esta Eurocopa en partidos como el Francia-Inglaterra o el Holanda-Alemania. En el fútbol moderno es muy importante disponer del recurso de un jugador que tenga la habilidad de ejecutar las faltas y los saques de esquina. A lo largo de la historia del fútbol, ha habido jugadores como Zico, Platini, Zidane y muchos más que han marcado época en sus selecciones, entre otras cosas, por su habilidad en ese tipo de jugadas. En el partido de ayer, España disfrutó de muchas faltas y saques de esquina, y no encontró un futbolista determinante en ese aspecto. Tenemos varios jugadores que lanzan bastante bien, pero ninguno alcanza el grado de perfección. Y ésa es muchas veces la manera de liquidar partidos como el que planteó Grecia.

- El juego de banda. Frente a equipos replegados y con superioridad numérica en el centro de su defensa, como era el caso de Grecia, se necesita mucha movilidad en los hombres de arriba y buscar las penetraciones por la banda de dos formas, con el desborde y el desdoblamiento de los laterales. España apenas lo consiguió hacer hasta la segunda parte. En la primera, sólo hubo una acción que interpretó muy bien Raúl Bravo. En la segunda, se mejoró con la entrada de Joaquín. Es verdad que España no acabó de culminar las acciones que protagonizó el jugador del Betis por la banda derecha, pero se comprobó que la mejor fórmula para desbaratar una defensa como la griega es desbordándola por fuera. A pesar de todo, y aunque le faltase suerte en algunas ocasiones, el mejor jugador de España fue el hombre de la banda izquierda, Vicente.

- El futuro. Después de cuatro partidos disputados, se ha demostrado que hay mucha igualdad en el grupo. Previamente siempre pensábamos que el tercer partido entre España y Portugal sería decisivo para uno de los dos. Ahora lo más probable es que lo sea para ambos. Y Portugal saldrá mucho más presionado. España ya le ganó con claridad recientemente y, además, en esta ocasión le valdrían dos resultados para clasificarse, tanto la victoria como el empate. A pesar del resultado ante Grecia, España sigue todavía en buenas condiciones para pasar a la siguiente ronda.

Raúl anuda el brazalete de capitán a Valerón en el momento de ser sustituido.
Raúl anuda el brazalete de capitán a Valerón en el momento de ser sustituido.ULY MARTÍN

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