40 días después, la firma del tranvía aún no sabe por qué se derretía el chapapote
Varias personas se han quedado pegadas a los raíles, donde no ha sido retirada la sustancia
Hace 40 días que el tranvía de Barcelona tuvo que suspender su funcionamiento al licuarse el aislante instalado en las vías. La empresa sigue sin estar en condiciones de explicar los motivos por los que se llegó a aquella situación. Un portavoz de Trammet explicó que ayer recibieron los resultados de los estudios, pero que aún no han sido evaluados por los técnicos de la compañía, por lo que siguen sin saber qué pasó ni los motivos que causaron el chapapote.
El tranvía dejó de funcionar el 8 de mayo durante varios días. Brigadas de trabajadores se dedicaron a sacar el chapapote de las vías para evitar que los convoyes resbalaran al utilizar el freno. Trammet, la firma que gestiona el tranvía, encargó hasta cinco análisis diferentes a otros tantos laboratorios y empresas. Los resultados le llegaron ayer, según un portavoz de la compañía, sin que hubiera tiempo material para que los técnicos realizaran un diagnóstico definitivo.
El producto retirado de las vías era un material aislante de tipo bituminoso que se licuaba por causas desconocidas. En algunas zonas quedaron restos abundantes que con la llegada del calor han resultado demoledores: al menos dos personas vieron ayer como sus zapatos se quedaban pegados a la vía. Los dos incidentes se produjeron al mediodía junto a la parada que tiene el tranvía del Besòs justo delante del Fórum. La primera persona que sufrió el percance es C. C., que iba precisamente al Fórum. Poco después le ocurrió lo mismo a otra persona. Algunos trabajadores de la zona comentaron que también les ha ocurrido a otros peatones.
La compañía aseguró que no conocía los hechos y su portavoz recordó que ya se había explicado que en algunas zonas habían quedado restos de chapapote al considerar que su presencia no era peligrosa.
Incidentes
La puesta en marcha del tranvía en Barcelona ha resultado plagada de incidentes. Primero se tuvo que aplazar su inauguración y prolongar el periodo de pruebas. En este tiempo sufrió hasta 23 accidentes, en su mayoría debido a que otros conductores no respetaron las normas de circulación. La propia inauguración estuvo jalonada de protestas ciudadanas, hasta el punto de que el tranvía estuvo un par de horas parado. Apenas un mes después del arranque de la línea del Baix Llobregat y el mismo día en que empezó a funcionar la del Besòs hubo que cancelar el servicio para eliminar el chapapote. Casi seis semanas después la empresa no sabe aún qué pasó y el porqué.
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