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Eurocopa 2004 | El día después del primer tropiezo

Italia habla de todo, pero olvida la pelota

Gattuso no se muerde la lengua: "Tenemos que decidir de una vez de qué forma vamos a morir, si jugando al ataque o defendiéndonos"

Santiago Segurola

De esto se habló en el cuartel italiano de Belem: organización, desorganización, calor, presión, verticalidad, condición física, piernas cansadas, orgullo, decepción, estructura, táctica. De esto no se habló: balón. Hablaron Giovanni Trapattoni, el viejo seleccionador, y cuatro jugadores: Nesta, Buffon, Panucci y Gattuso. O sea, el Milan, la Juventus y el Roma. Era el momento de someterse a la crítica. Y nuevamente faltó el balón. Italia tiene una pasión formidable por un juego al que conceden todo: entusiasmo, atención mediática, capacidad organizativa, sentido comercial. Todo se prepara para el espectáculo que mueve el alma de cada italiano. Pero no está el balón. Ni tan siquiera ayer, después del fracaso (0-0) frente a Dinamarca. La pelota no existe en el juego de la pelota. Qué curioso. Y claro, Trapattoni y los jugadores se quejaban del cansancio -"no estábamos coordinados en nuestra presión"- y del calor, como si el bochorno fuera natural para los daneses.

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Trapattoni dijo una cosa y la contraria numerosas veces. Es un hombre querido en Italia porque ha ganado mucho y porque representa una cultura del fútbol firmemente instalada en su país. Ayer se refirió al fútbol como una especie de entelequia abstracta. Sus palabras no se referían a un juego, a la alegría que produce el juego, a la creatividad relacionada con el juego. Todo sonaba a duro, a arduo, a sufrimiento. "Ayer nos dimos cuenta de la realidad. Ya sabemos de la dificultad de un torneo europeo. Después de tantas esperanzas, de tantas ilusiones, ahora tenemos enfrente la realidad", dijo el técnico. La realidad es que Italia jugó muy mal frente a Dinamarca. El empate fue saludado con alivio por el entrenador, los jugadores y los aficionados.

Sí, se habló de Pirlo, el único centrocampista italiano que tiene las condiciones para generar juego. Es decir, para convertir el balón en un amigo y no en un artefacto perverso. Pero Pirlo no jugó y Trapattoni prefería evitar su nombre, que estaba en boca de los analistas. ¿Por qué no juega Pirlo, el arquitecto del equipo campeón, del Milan? No hubo respuesta. Volvieron las viejas palabras: estructura, módulo, presión. Bueno, alguien habló de Pirlo. Fue Gattuso, su combativo compañero en el cuadro lombardo. Gattuso es un futbolista pequeño, ardoroso, sin ninguna relevancia técnica, un jugador que tiende a funcionar como parodia de lo estrictamente laborioso. Pero Gattuso, que no es un intelectual, también es un hombre de opiniones, sincero y comprometido. Sabe sus limitaciones en el campo y no va más allá de sus límites. Fuera del campo, sus comentarios siempre son apreciados. Así que Gattuso casi tenía delante más cámaras, micrófonos y cuadernos que Trapattoni. Convenía escucharle.

No habló del balón, pero tenía ganas, aunque parezca mentira en Gattuso. Para comenzar hizo una declaración que explicó la indefinición del equipo italiano. En realidad, fue una carga de profundidad contra Trapattoni. "Tenemos que decidir de una vez de qué forma vamos a morir. Si jugando al ataque o defendiéndonos. Pero tenemos que saber a qué jugamos", dijo. La queja contenía un mensaje letal para el entrenador. No ha logrado transmitir al equipo italiano una idea de lo que quiere. Gattuso hizo otro comentario interesante. Evitó al entrenador por elevación y manifestó que la responsabilidad es de los jugadores: "Es a nosotros a quienes hay que pedir la responsabilidad". Luego, explicó los problemas de incomunicación en Italia. "Aquí hay jugadores de gran experiencia, con diez o doce años en la selección. No es posible que nadie hable, que nadie avise a un compañero cuando se encuentra en una situación de riesgo". Gattuso lo supo de primera en el partido. Salió a jugar en el segundo tiempo y perdió el balón dos veces casi seguidas. Se sintió en mitad de ninguna parte. Nadie le avisó del peligro.

Finalmente, Gattuso habló de Pirlo, que de alguna manera es hablar de la pelota. En un medio campo presidido por Camoranesi, Zanetti, Perrotta y el propio Gattuso, el balón es un artefacto incontrolable. Gattuso lo sabe. Sabe cuál es su función: ayudar al que vale. Lo ha aprendido muy bien en el último Milan, en el que ha ejercido de agresivo pretoriano de Pirlo, un exquisito media punta que ha oficiado de improbable medio centro en su equipo. Con gran éxito. La gente le reclama porque es la única garantía de construir algo interesante en Italia. Aunque Trapattoni no le nombre y le mantenga invariablemente entre los suplentes, Pirlo es el eje del debate en la selección. Y esto es lo que dijo Gattuso: "Hay pocos jugadores como Pirlo. Para mí, un futbolista como él tiene que jugar siempre".

Gattuso trata de averiguar con Perrotta, Del Piero y Vieri a qué juega <b>la</b><i> squadra azzurra.</i>
Gattuso trata de averiguar con Perrotta, Del Piero y Vieri a qué juega la squadra azzurra.ASSOCIATED PRESS

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