Perdón y clemencia
Perdón, la carta de don Emilio Garoz Bejarano que se publicó
en la edición del domingo 13 de junio pasado, no es una carta: es un manifiesto. Yo, en este momento, lo firmo. También yo pido perdón por ser profesor y, si el señor Garoz lo autorizara, propondría inundar las secciones de cartas al director con miles de peticiones de perdón como la suya y abrir una página web y una dirección electrónica donde los docentes pidamos perdón masivamente. Y hasta imprimir camisetas con la leyenda "Perdón, soy profesor" o "Perdón, soy maestro".
Así, hasta que no quede nadie que quiera dedicarse a la enseñanza, que ya está bien de parásitos.
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