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BALONCESTO | Final de la Liga ACB

"Hemos ganado por experiencia"

Bodiroga elogia a Estudiantes y atribuye el triunfo azulgrana a su oficio y a su mentalidad ganadora

El Barça, en el Palau, volvió a ser letal y a hacer valer su experiencia en estas lides para resolver una final en la que Estudiantes le hizo sufrir de veras. El equipo azulgrana se agarró a la historia -nunca nadie ha logrado remontar un 2-0 en una final- y decidido a despedir a su gran capitán, Nacho Rodríguez, con una nueva Liga bajo el brazo. "Ha sido una final durísima, contra un rival muy fuerte y en la que todo el mundo del baloncesto ha despertado. Hemos hecho valer nuestra experiencia y nuestra mentalidad ganadora", señaló Bodiroga, considerado mejor jugador de la final. Ésa es también otra costumbre, a la que el alero serbio no quiso responder desvelando si su futuro está o no lejos de Barcelona. Joan Laporta, presidente del club, afirmó que Bodiroga continuará de azulgrana la próxima temporada.

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El título más sufrido

La liga ACB sigue siendo de los más fuertes, de los más ricos, de los más poderosos. Estudiantes no dio para más y, en una tarde que recordará durante mucho tiempo, acabó aplazando su cita con la historia para mejor ocasión. Empujado por un Palau infernal, el Barça revalidó su título de campeón y el cuento de Estudiantes se quedó a un paso de desafiar los cánones y de hacer felices a todos los que todavía creen en un baloncesto diferente. Es hora de despertar, de reconocer que los azulgrana llevan el instinto de victoria en la sangre, de que, al final, el Barça fue superior. "Hemos sido unos buenos competidores y me siento orgulloso por ello, pero hoy no nos han dejado divertirnos", aceptó el técnico de Estudiantes, Pepu Hernández, mientras los azulgrana se bañaban en cava dentro de su vestuario. Era el fin de un sueño, de una historia hermosa para la que muchos, por una vez, habían imaginado un epílogo diferente.

Estudiantes, en cualquier caso, hacía semanas que vivía inmerso en un sueño: disputar un play off en el que, a medida que iban transcurriendo las semanas y las eliminatorias, se erigía en gran protagonista. Porque, esta vez, el equipo colegial no sólo ha sido aquel conjunto que maravilla durante la temporada regular y luego, en los momentos decisivos del curso, cuando los románticos aún esperan encontrar motivos para seguir siéndolo, confirma machaconamente que esta Liga está hecha para los más fuertes. Esta vez, no. A su buen baloncesto, a los principios que han hecho de él el equipo que más simpatías despierta entre aficionados y rivales, ha unido un punto de mala leche y de rabia que, por primera vez en sus 54 años de historia, le han empujado a una final. Como en los cuentos, también por una vez, los colegiales se han permitido soñar. Se han creído que el equipo de patio de colegio - como a los colegiales les gusta presumir- podía salir victorioso de su duelo con los más ricos. Se han imaginado que cualquier pista en la que se presentaban era El Internado y que los partidos que disputaban no eran sino una más de las incontables pachangas con las que se deleitan en su entrañable pista de entrenamiento.

Es así, como el cuento iba escribiendo un final que apuntaba a feliz, con el Estudiantes apartando de la historia al Madrid y al Tau. Fue así, como los colegiales se presentaron en la final, frente al todopoderoso Barça, y, sin el más mínimo complejo, le dijeron que un 2-0 en contra no era nada y, en dos partidos maravillosos en Vista Alegre, le obligaron a disputar un quinto a vida y muerte.

Hasta ayer, los colegiales mantuvieron su fe. "Es tan difícil, que hasta es posible", proclamaba su técnico, Pepu Hernández, antes de plantarse, de nuevo, en el Palau. Y, entonces, la magia se rompió. Empequeñecido por el peso de la historia, temeroso de escribir un final demasiado feliz, Estudiantes compareció en el Blaugrana más timorato de lo que convenía. El Barça, poco dado a los romanticismos, no perdonó.

Laporta, en el centro, entre Pesic y Bodiroga celebra el título junto a la plantilla azulgrana.
Laporta, en el centro, entre Pesic y Bodiroga celebra el título junto a la plantilla azulgrana.ENRIC FRONTCUBERTA
Jiménez lanza pese a la oposición de dos jugadores del Barcelona.
Jiménez lanza pese a la oposición de dos jugadores del Barcelona.EFE

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