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Reportaje:ATLETISMO | La lógica recobra el poder

Abeylegesse lidera la reconquista africana

La atleta turca de origen etíope recupera para las fondistas naturales el primer récord del mundo en poder de las chinas desde el decenio pasado

Carlos Arribas

Mediada la última década del siglo pasado, llegaron a occidente en oleadas noticias fantásticas del atletismo chino. De las atletas de fondo chinas, más precisamente. Un grupo de jovencísimas corredoras entrenadas por un misterioso técnico llamado Ma Junren empezaron a batir todos los récords mundiales entre 1.500 y 10.000 metros, florecieron brevemente en los Juegos de Atlanta 96 y desaparecieron del mundo. Se las tragó la tierra.

De su fugaz apogeo dejaron como huella múltiples acusaciones de prácticas ilegales, de dopaje, y unas marcas increíbles, inabordables. Una década después, hasta el viernes pasado, la anomalía persistía, Qu Yunxia, Wang Yunxia y Yiang Bo, atletas salidas de ninguna parte, en un país sin tradición, sin continuidad posterior, poseían aún las plusmarcas mundiales de 1.500, 3.000, 5.000 y 10.000 metros. El viernes, encarnada en una diminuta atleta etíope nacionalizada turca, de complicado nombre, Elvan Abeylegesse, de 21 años, la lógica atlética empezó a recuperar el terreno perdido.

Aquel día, en la lluviosa Bergen (Noruega), en la pista que los Bislett Games han tomado prestada hasta que se reconstruya el estadio en Oslo, Abeylegesse, 1,59 metros, 40 kilos, batió por casi 4s (14m 24,68s) el récord mundial de 5.000 metros que la china Yiang Bo poseía desde hace siete años (14m 28,09s). Las mujeres de Etiopía, que ya habían conocido la gloria olímpica, aceleran y siguen los pasos de los hombres. Como si fuera una señal cargada de símbolos, el récord de Abeylegesse llega pocos días después del fabuloso doble récord de 5.000 y 10.000 de su coetáneo y casi compatriota Benenisa Bekele.

Antes que Abeylegesse, Derartu Tulu había ganado dos medallas de oro olímpicas y Fatuma Roba una, así que Abeylegesse no es una pionera del África negra, pero sí la primera nacida en Etiopía que logra un récord mundial.

Hasta 1999, Elvan Abeylegesse era Hewan Abey, nacida en Adis Abeba, en el altiplano, a 3.000 metros de altitud, en septiembre de 1982, la sexta de siete hermanos, una atleta más controlada por la federación, otra más de los niños que corrían por el campo con los pies desnudos, que participó en el Mundial de cross junior y quedó novena -como Bekele, en curiosa coincidencia-, pero un mes después, y tras extraña carambola, volaba hacia Estambul, donde la entrena Ertan Hatipoglu, un especialista en triple salto y velocidad de origen búlgaro. "El verano de 1999", explicó en turco tras su récord, "el club Enkan de Estambul me invitó a participar en una competición en su estadio´. Aquello me gustó, me encantaron sus instalaciones y me quedé". En realidad, Enkan es una de las mayores constructoras del mundo, con grandes intereses en Etiopía, y su presidente, queriendo ampliar el poderío de su sociedad de atletismo, decidió contratarla. Poco después de llegar a Turquía, Hewan Abey, como se llamaba aún, se nacionalizó turca vía una rápida doble ceremonia de boda-divorcio. También cambió su nombre. "Me puse Elvan, que significa mezcla de colores y alargué mi apellido añadiendo Legesse, el apellido de mi abuelo".

Hasta la noche del viernes y su récord, Abeylegesse era conocida por terminar quinta en el Mundial de París ganado por la etíope Tirunesh Dibaba -carrera en la que Marta Domínguez fue segunda- y por imponerse a Dibaba y Tulu en los 3.000 metros de la final del Grand Prix. Desde entonces se ha entrenado con inusitada dureza en Estambul y un poco en la altura de Etiopía -hasta que las autoridades abisinias la invitaron a marcharse-, lo que le ha multiplicado la velocidad. Hace pocas semanas corrió los 1.500 metros en 3m 58,20s, la mejor marca del año. Ahora duda sobre los Juegos. No tanto de su capacidad para ser campeona olímpica -"estoy cien por cien segura de ganar el oro", dice- sino de su programa: no sabe si correrá sólo los 5.000 o doblará con el 1.500.

Abeylegesse, durante la carrera de Bergen.
Abeylegesse, durante la carrera de Bergen.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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