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Nicosia, próxima parada de la vanguardia artística

Nicosia, la capital de Chipre, será la sede de Manifesta 6, según anunció ayer el presidente de Manifesta Foundation, Henry Meyric Hughes, quien fue el pasado año el responsable del pabellón de Chipre en la Bienal de Venecia. "Teníamos dos grandes candidatos. Talín, en Estonia, y Nicosia", dos de los países que acaban de incorporarse a la Unión Europea. "Nos hemos decidido por esta última porque tiene una gran historia cultural y por su interesante situación geográfica: está cerca del Oriente Medio y del Norte de África, del conflicto", agregó.

Hughes tenía previsto realizar este anuncio por la mañana, durante la rueda de prensa oficial de Manifesta 5, pero lo postergó hasta la noche, tras el desfile, ya que aún no habían llegado el alcalde de Nicosia y otras autoridades de la ciudad.

Lo que sí hizo fue aprovechar el acto para alabar la organización de la muestra ante un nutrido auditorio. Hasta la sala de prensa improvisada en el Kursaal se acercaron muchos de los 1.200 profesionales del arte -entre directores de museos, galeristas, coleccionistas y críticos- y del medio millar de periodistas acreditados en la bienal. Y eso que lo sabían casi todo sobre esta muestra, que conocían la intervención del belga Jan de Cook en el Astillero Ondartxo, la escultura sensible al movimiento que Paola Pivi ha instalado en Casa Ciriza de Pasajes, las pintadas sociales que ha hecho el dublinés Garret Phelan en el soto del Aquarium, el vídeo en el que Kulli K. Kaats ha sustituido el lenguaje humano por los arrullos, el gorjeo y el pío-pío de los pájaros, o las pinturas o dibujos a carboncillo del alemán Johannes Kahrs.

Por eso, porque últimamente se ha hablado mucho sobre Manifesta 5 y ya se sabe casi todo, las únicas preguntas que hubo fueron sobre el presupuesto de la bienal (2.028.000 euros) y la polémica por la selección de los artistas españoles -de los seis elegidos, sólo dos no son vascos-. "No hemos pedido el pasaporte a nadie", dijo el comisario, Maximiliano Gioni. Fue una rueda de prensa de carácter muy institucional con un sobresalto. Alexander Brener, el "artista-terrorista" condenado en 1997 a cinco meses de cárcel por pintar con aerosoles un cuadro de Malevich en Amsterdam, trató de hacer sin éxito una de sus performances, porque fue reducido. Lo logró una de sus compañeras que desplegó un cartel que rezaba: "Muerte al Rey". A algunos les quedó la duda, sobre si era un acto sorpresa de Manifesta 5.

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