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Reportaje:

'Gorka', la nueva estrella del zoo

Llega a Madrid una gran hembra gorila desde un centro biológico de Budapest

Gorka es una gorila de llanura (Gorilla gorilla gorilla), hembra, a pesar del nombre. A sus ocho años ha cambiado su residencia en el zoo de Budapest por el de Madrid, donde ha sido recibida con júbilo por todos. Atrás han quedado tres años de espera y negociaciones a través de un programa europeo con fines reproductivos. Pero quien está más contento de todos es Nikki, el macho dominante del grupo de cinco gorilas y con el que pronto entrará en contacto. Gorka tiene una nueva misión: parir nuevas crías con las que aumente la cifra de gorilas que viven en el zoológico de la Casa de Campo.

Más de un día tardó Gorka en llegar a su nueva casa, en la que habita desde el pasado 18 de mayo. El viaje lo realizó por carretera, ante la dificultad de encontrar una forma sencilla de trasladarlo en un avión de carga. "Venía en una caja de traslado adecuada para él, con comida y una cama. También lo acompañó el conservador del zoo de Budapest, al que conocía, que le hablaba y lo tranquilizaba", recuerda la veterinaria y conservadora de mamíferos terrestres del zoo de Madrid, Covadonga Talavera.

'Nikki', el macho dominante, espera el contacto con su nueva compañera

Gorka llega para convertirse en la nueva estrella del zoo, que en esta época está en plena ebullición reproductora, "aunque a ella todavía no se le ha detectado mucho celo", aclara Talavera. Esta misma semana, y a falta del resultado de unos análisis, tendrá la oportunidad de compartir con el resto de sus compañeros -los machos Nikki, de 17 años, y Malabo (13); y las otras dos hembras, Banga (13) y la veterana Nadía (de 22 años)- la zona de Tierra de Gorilas del zoológico. Mientras, sigue en cuarentena, pero no porque esté enferma, sino adaptándose a sus cuidadores, a su nueva dieta y entrando en contacto con los demás gorilas. "Es muy importante que Gorka se habitúe a su nueva situación, que coja confianza con los cuidadores y que se sienta segura", explica la conservadora.

Primero conocerá a Nikki y después a las dos hembras en la zona interior del área de gorilas, donde se les puede controlar mejor y evitar así alguna reacción atípica. La conservadora de mamíferos se muestra muy optimista: "Gorka ya ha visto a los demás y se la ve muy receptiva, con ganas de estar con ellos".

La nueva gorila tendrá que habituarse a una nueva vida. Despertarse por la mañana y tomar una leche vitaminada. Después, pasar a los patios -al aire libre, y de invierno, acondicionado con calefacción-, en los que los visitantes pueden disfrutar de estos animales.

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Gorka es muy golosa. La dieta de estos animales está basada en vegetales y verduras de todo tipo, desde acelgas a tomates, pasando por espinacas, apio o puerros. Pero también disfrutan de sus golosinas. "A Gorka le gustan mucho los zumos", confirma la veterinaria. Estos animales también se entretienen buscando pequeños manjares como miel con cacahuetes o yogur, que los criadores les esconden en termiteras. Tienen muy buen comer, como la mayoría de los 500 mamíferos del zoológico.

Una buena adaptación y una buena situación; ingredientes claves para que la reproducción llegue a buen puerto. En el zoo esperan que pronto Gorka, al igual que la tiburón gris Griselda -que tras 13 meses de preñez parió, el 28 de mayo, a dos crías que han pesado 680 y 900 gramos, y que de momento se encuentran bien de salud-, tenga pronto descendencia.

Especies con nombre propio

La mayoría de los animales del zoo de Madrid tienen nombre propio, más allá del número de registro y del nombre que se les asignan dentro del libro de crías de su especie. La gorila Gorka ha llegado ya bautizada desde Budapest, aunque en España sea de género masculino. Otros animales, como la pareja de rinocerontes Isidro y Almudena, puramente castizos, fueron renombrados a su llegada a Madrid.

Los encargados de bautizar a los animales son los cuidadores y veterinarios. "A una leona que alimentamos con biberón, por ejemplo, le puse Ruti, de Ruth, como se llama mi hermana", reconoce la conservadora de mamíferos terrestres del zoo madrileño. Hay una leona Lola y otra Catalina, como la hija de alguien. Otros animales, como un antílope procedente de Portugal que se llama Portuguesa, reciben el nombre en virtud de su lugar de procedencia o del patrón de su tierra natal. Así, un bongo que llegó de Barcelona, se bautizó como Jordi.

"Un nacimiento conlleva directamente un nombre, aunque a lo mejor discriminamos a algunas especies", relata con humor la conservadora: "A las cabras no se las bautiza, ni a los muflones o a los ciervos, por ejemplo, pero sí que están siempre la vieja y la joven".

Los leones, tigres, bongos, cebras, jirafas, rinocerontes, chimpancés..., además de los delfines o leones marinos, tienen su nombre propio con los que los cuidadores los identifican. Así, algunos de los delfines se llaman Tritón o Lala.

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