Los rasgos femeninos de Dios
LA TEOLOGÍA feminista empieza a tener relevancia en Portugal en dos niveles perfectamente articulados: el de los movimientos cristianos de base y el de la reflexión sistemática. En el primero destaca por su vitalidad el movimiento Somos Iglesia, que trabaja desde hace casi una década por el reconocimiento de las mujeres como sujetos en todos los ámbitos del cristianismo: el sacramental, con el acceso al mundo de lo sagrado, hasta ahora vetado a las mujeres por la prohibición de ser sacerdotes; el directivo, con el acceso a espacios de responsabilidad, negados desde siglos por el patriarcalismo eclesiástico; el ético, con su participación en la elaboración de la doctrina moral, sobre todo en lo que tiene que ver con los derechos reproductivos.
Un avance significativo en la reflexión teológica en perspectiva feminista son dos obras que constituyen las aportaciones más relevantes a esta teología en Portugal: Deus e a palabra de Deus na Teologia feminista (Paulinas, Lisboa), de Teresa Martinho Toldy, y Dizer Deus-Imágens e Linguagens. Os textos da fé na lectura das mulheres, obra coordinada por Manuela Silva.
La obra de la teóloga laica Teresa Martinho Toldy (Lisboa, 1961) deja claro desde el principio que no se trata de una "teología de (o sobre) la mujer" o una "teología femenina" -confusión en la que incurren no pocos teólogos y eclesiásticos- que parta de una descripción esencialista de la mujer o del "eterno femenino" al modo de Gertud von Le Fort y vaya en busca de una naturaleza femenina. Estamos, más bien, ante una reflexión teológica que parte de las experiencias individuales y colectivas de exclusión de las mujeres y de sus luchas de emancipación. La experiencia de las mujeres constituye precisamente el principio hermenéutico fundamental de esta teología, que se desarrolla muy en sintonía con los movimientos feministas y en apoyo de sus reivindicaciones de liberación de las estructuras impuestas por el patriarcado. Las mujeres dejan de ser objeto pasivo de una teología dominada por varones y se convierten en sujeto, mutando así la propia metodología, la perspectiva e incluso los contenidos del quehacer teológico. Toldy entra en diálogo crítico con los documentos oficiales del Consejo Mundial de las Iglesias y, sobre todo, de la Iglesia católica, que presentan a la mujer preferentemente como madre y esposa, la sitúan en un papel subalterno y tienden a justificar su identidad sociocultural con su identidad biológica. Esos documentos suelen asociar a Dios con la paternidad, con el riesgo de divinizar la paternidad masculina y de excluir a las mujeres de la imagen y semejanza de Dios que aparece en el Génesis. La teóloga portuguesa critica la invisibilidad a que el magisterio eclesiástico somete a las mujeres tanto en la Iglesia como en la teología. La crítica feminista del discurso sobre Dios se centra en la manera unilateral de presentar la trascendencia divina disociada de la historia, en las imágenes patriarcales de Dios, como juez, rey, señor, jefe, autoridad última, y en los atributos masculinos, como omnipotencia, omnisciencia, magnificencia, omnipresencia, etcétera. Toldy expone tres modelos alternativos del actual discurso feminista sobre Dios: utilización de rasgos femeninos junto con los masculinos; presentación de la feminidad de Dios; hablar de Dios en términos de relación.
El libro de la teóloga portuguesa no es un discurso apologético, y menos aún una exposición escolar neutra, de la teología feminista, sino un balance crítico sobre sus potencialidades y sus límites. Lo que echo en falta es una reflexión sobre la teología feminista latinoamericana, que constituye un aporte fundamental en la línea de la teología de la liberación y se lleva a cabo desde la opción por las mujeres pobres, doble o triplemente oprimidas: por ser mujeres, por ser pobres y por pertenecer a culturas, etnias o razas marginadas.
Dizer Deus-Imagens e Linguagens es una obra colectiva en la que colaboran 15 mujeres. Toda ellas reflexionan sobre las imágenes y los lenguajes de Dios desde la perspectiva de género y sobre las experiencias religiosas de mujeres de la Biblia -Sara y Agar, Rut y Noemí, María de Nazaret, la Samaritana- y de la mística cristiana -Mechthild de Hackeborn-. Su objetivo es doble: por una parte, dar voz a la palabra teológica de las mujeres, ignorada, subestimada e incluso deliberadamente reprimida, y hacer visible su pensamiento teológico, confinado en la esfera privada de la familia o de la catequesis de la infancia; por otra, incentivar a otras mujeres a reflexionar y expresar su fe a través de sus lecturas de los textos sagrados y de sus propias vivencias.
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