_
_
_
_

Muere Ray Charles, el alma del 'soul'

El músico ciego, ganador de 12 premios Grammy, falleció en Los Ángeles a los 73 años

Ray Charles, el hombre de la gran sonrisa que llevó el soul a millones de personas combinando magistralmente las raíces de gospel y de blues, murió ayer a los 73 años de edad, en su casa de Beverly Hills, en Los Ángeles, rodeado de familiares y amigos. Ciego desde los siete años y ganador de 12 premios Grammy, el maestro y símbolo de la gran tradición musical de la América negra puso su inconfundible voz del Sur, su piano y su saxo en decenas de canciones. "Nací con la música dentro de mí", dijo en su autobiografía.

Más información
Ray Charles, 'el genio de Georgia'

La muerte se debió, según su representante, a complicaciones relacionadas con el hígado. Desde hace un año recortó sus apariciones y el mes pasado tuvo que suspender un concierto en Nueva York porque no se había recuperado de una operación de cadera. El 23 de mayo de 2003 dio su concierto número 10.000 en Los Ángeles. Su última comparecencia pública fue el 30 de abril, junto a Clint Eastwood, cuando la ciudad de Los Ángeles declaró monumento nacional sus estudios de grabación, construidos hace 40 años.

La noticia de su muerte desató un torrente de reacciones: "He perdido a uno de mis mejores amigos y le echaré mucho de menos", dijo en un comunicado la estrella del country Willie Nelson. Bruce Hornsby -recoge la agencia AP- recordó la actuación de Charles en un homenaje a Elton John, hace un año, en el que también participaban Brian Wilson, Diana Krall, Norah Jones y John Mayer: "Cuando él empezó a cantar, se acabó. Todo el mundo quedó en segundo plano". "Era un genio musical, un amigo y un hermano para mí", dijo Joe Adams, su representante durante una larga temporada.

En Brother Ray, su autobiografía, Ray Charles explicaba que la música "es una de las partes de mi cuerpo... es como mi sangre. Una fuerza que ya estaba dentro de mí cuando subí a un escenario. Una necesidad, como comer o beber". Fue un gigante que no conocía límites musicales: tocaba el piano y el saxofón, dirigía bandas, producía y, sobre todo, cantaba "con una voz fuerte e impura y gloriosamente imprevisible", según John Pareles, de The New York Times.

Charles nació el 23 de septiembre de 1930 en Albany, Georgia. La Depresión hacía estragos en América, y su familia no escapó a la crisis. "Estábamos en lo más bajo de la escalera", escribió después. Su padre era mecánico y su madre echaba una mano en un aserradero. A los siete años quedó ciego, probablemente por glaucoma.

Fascinación

Pero ya desde los tres años, y gracias al dueño de un café en el que había un piano, había empezado su fascinación con la música. Aquel comienzo fue definitivo para él cuando sus padres decidieron internarle en una escuela para niños sordos y ciegos. Aprendió a leer y escribir música en Braille "y eso hizo que desarrollara una enorme capacidad de memoria. Me sentaba y podía escribir todo un arreglo musical que tenía en la cabeza sin tocar una sola tecla. Y luego no sonaba diferente de cómo sonaba en mi cabeza". Absorbió todo: Chopin y el country, Sibelius y el jazz, Duke Ellington y el blues, Count Basie y las grandes bandas de los cuarenta y los cincuenta.

A los 15 años, huérfano y habiendo acabado la escuela, empezó a intervenir en pequeñas actuaciones del circuito musical de locales negros hasta que se trasladó a Seattle y trabajó para una pequeña compañía de discos, Swingtime Records. Con ésta grabó I got a woman, considerada la primera muestra de soul. Los siguientes años fueron de afianzamiento hasta el primer gran golpe, What'd I say, en 1959. Ya había tocado en el Carnegie Hall y era un habitual de festivales de jazz como el de Newport. Van Morrison escribió hace tres meses en Rolling Stone que "su sonido era abrumador: blues, rythm & blues, gospel, swing... todo junto en un asombroso soul".

"Somos actores, pero actores de la música. Actuamos con notas musicales y con letras, y contamos historias. Yo puedo llevar a una audiencia hasta el frenesí, pero cuando estoy allí sentado, casi se puede escuchar cuando cae un alfiler", declaró a la agencia AP. Entre 1960 y 1966 ganó nueve de los 12 premios Grammy que consiguió. Fue la época de los mejores rythm & blues, como Hit the road Jack, I can't stop living you y Busted. Ganó el último Grammy en 1993 con A song for you.

El hombre que era feliz haciendo música tuvo también sus infiernos: tenía arrebatos de genio que en muchas ocasiones sufrían las mujeres -numerosas- que le acompañaron durante su vida. Fue adicto a la heroína casi durante 20 años, droga que dejó después de haber sido detenido en Boston en 1965. "Ha habido veces en las que me he sentido fatal, pero cuando subo al escenario y la banda empieza a tocar... no sé por qué, pero es como cuando te duele algo, tomas una aspirina y ya no sientes nada".

Ray Charles era uno de los grandes iconos culturales de EE UU con mayor presencia en actos políticos extraordinarios. Cuando Ronald Reagan ganó la reelección, en 1984, Ray Charles fue una de las figuras que actuaron en la fiesta de toma de posesión, e interpretó America the beautiful porque el presidente se lo pidió personalmente. En la toma de posesión del presidente Clinton, en 1993, volvió a cantar el mismo himno, que interpretaba de manera inolvidable.

Ray Charles canta <i>America the beautiful</i> en el Fenway Park de Boston en abril de 2003.
Ray Charles canta America the beautiful en el Fenway Park de Boston en abril de 2003.ASSOCIATED PRESS
Ray Charles, flanqueado por los actores Clint Eastwood y Cicely Tyson, y en presencia del alcalde de Los Ángeles, durante su última aparición pública, el pasado 30 de abril.
Ray Charles, flanqueado por los actores Clint Eastwood y Cicely Tyson, y en presencia del alcalde de Los Ángeles, durante su última aparición pública, el pasado 30 de abril.AP

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_