El campeón busca un líder

¿Quién es el líder de Francia? "No hay ningún líder", responde, en seco, Lilian Thuram, defensa del Juventus, que llevaba ayer unas altísimas calzas blancas hasta las rodillas, además de sus habituales gafas de vista rectangulares y con aires de intelectual. La pregunta incomoda al veterano defensor, de 32 años, que sabe que desde que Deschamps y Blanc abandonaron la selección después de la Eurocopa 2000 nadie ha asumido ese papel.

La misión de hablar con unos y con otros e incluso, llegado el caso, cantarle las cuarenta al seleccionador a fin de mejorar el funcionamiento del equipo. Es lo que hicieron Deschamps y Blanc cuando les bleus conquistaron primero el Mundial de Francia 1998 y después la Eurocopa de Bélgica y Holanda 2000. Y es lo que nadie se atrevió a hacer cuando la Francia de Roger Lemèrre se despeñó en el pasado Mundial de Corea y Japón 2002, eliminada en la primera fase. De aquel conjunto sólo se han ido Djorkaeff y Leboeuff, que ya había anunciado su retirada antes del torneo asiático, y Petit, en plena decadencia. Cualquier otra selección habría explotado tras el estrepitoso fracaso, pero no la francesa, en la que los jugadores se respetan tanto que son incapaces de lanzarse un reproche. Y menos, al entrenador.

Ni el egoísta Desailly, ni el introvertido Zidane, ni el descabalgado Henry influyen en el grupo

El capitán, Desailly, creció a la sombra de Deschamps, pero es demasiado egoísta para heredar su jefatura, aseguran un par de periodistas que siguen a les bleus desde hace años. El defensa del Chelsea, de 35 años, no será titular el domingo ante Inglaterra, lo cual no debería ser óbice para que liderara a sus compañeros desde el banquillo. No lo hará. Sólo parece preocuparse de sí mismo. El segundo capitán, Zidane, es demasiado introvertido. Se esfuerza por hablar con los jóvenes y por transmitirles su experiencia. En el trayecto aéreo desde París hasta Oporto de principios de semana fue quien más charló con sus compañeros, pero... no le sale. "Llegan los jóvenes, les tengo que hablar y me complican las cosas. Me cuesta mucho", ha confesado.

Thuram es el que tiene más ascendiente entre los jugadores negros del combinado francés, que son mayoría, pero tampoco llega a calar en el vestuario. Henry fue descabalgado por el propio seleccionador, Jacques Santini, cuando en una reunión de los pesos pesados del grupo en un encuentro amistoso disputado en Túnez, en agosto de 2002, se olvidó de convocar a la estrella del Arsenal. También el ex athletico Lizarazu, de 34 años, y Barthez, de 33, ocupan una pequeña porción de liderazgo, aunque muy lejos de las proporciones de Blanc o Deschamps. "Cuando uno de los dos abría la boca, todo el equipo se quedaba en silencio, escuchando. Por respeto y porque entendían de fútbol", ha explicado Zidane.

Muchos candidatos, en fin, pero ninguno con la personalidad adecuada. De modo que, preguntado al respecto, Vieira, centrocampista defensivo del Arsenal, da una larga lista: "Desailly, Lizarazu, Thuram, Zidane... Cualquiera". Y por la misma senda discurre la respuesta de Rothen, un recién llegado a la selección. "Desailly, Henry, Barthez y Zidane, cada uno en lo suyo", dice el zurdo del Mónaco, atendido tan sólo por un puñado de periodistas, en contraste con el enorme corro que forman a escasos metros de él tanto Thuram como Vieira. Son las leyes de la popularidad.

Los futbolistas franceses parecen disfrutar sentados en medio de un círculo de periodistas que los bombardean a preguntas. Vieira, por ejemplo, ensayaba ayer una broma por cada respuesta ante la risa fácil de sus interlocutores. Y Thuram, antes de empezar a hablar, lanzó un sprint para pillarse una silla en la que sentarse: imitaba a los periodistas.

Un caso aparte es Zidane. Al contrario que Henry, Vieira o Thuram, el as del Madrid limitó el tiempo de atención a la prensa. A los 10 minutos se levantó y se largó. Antes de hablar, ordenó con un susurro que cesaran los flashes, que caían en cascada. Sus suspiros fueron órdenes incuestionables. Y le dio tiempo a decir que Beckham ha hecho una "fenomenal" temporada en el Madrid, que le gustaría el fichaje de Xabi Alonso en el caso de que se cerrase y que querría enfrentarse a España en la final, no antes, porque "los españoles son demasiado buenos" para medirse a ellos en los cuartos de final. No hay líderes, pero la cortesía impera.