Cuba da marcha atrás
Raúl Castro asume personalmente la supervisión del turismo, uno de los sectores claves de la economía de la isla
El comentario es general: el momento actual que se vive en Cuba es de enroque a todos los niveles. No se trata sólo de la dureza del discurso político y del reverdecer de la batalla de
ideas; en lo económico, los conceptos de moda vuelven a ser centralización, austeridad y control. El retorno a la isla de la política del ordeno y mando, 10 años después de las primeras reformas de corte aperturista, es especialmente señalado en el sector clave de la economía, el turismo, cuya supervisión ha asumido personalmente el ministro de las Fuerzas Armadas, Raúl Castro.
Desde hace tiempo era evidente que las autoridades habían echado el freno a la medidísima apertura económica iniciada tras la caída del muro de Berlín. Los datos oficiales hablan por sí mismos: de las 200.000 licencias para ejercer el trabajo por cuenta propia que existían en 1995, quedan unas 150.000; en enero de este año funcionaban en la isla 342 asociaciones mixtas con empresas extranjeras, un 15% menos que en 2002; y, según un economista, "los márgenes de autonomía dados en los noventa a ciertas empresas estatales para operar con dólares y realizar sus inversiones, así como la capacidad que poseían para importar y exportar directamente, casi han desaparecido".
Raúl Castro criticó las fiestas costosas y los viajes al extranjero de algunos dirigentes
¿Las causas? En opinión de diplomáticos extranjeros, cuando el Gobierno consideró que lo peor de la crisis había pasado, el Estado volvió a asumir un papel omnipresente, en un intento por sellar las grietas que las reformas, pese a su timidez, abrieron en el sistema. Hasta los funcionarios más leales admiten que la apertura de pequeños espacios a la iniciativa privada y la descentralización empresarial favorecieron la aparición de un nuevo "modo de pensar" y de una nueva "clase" más interesada en el dinero que en la ideología; y las autoridades han entendido que esto, junto a la corrupción, es un cáncer más peligroso para la revolución que los misiles de EE UU.
El 'vídeo de Raúl'
"La tendencia general era de cierre, pero en los últimos meses ha habido una escalada", afirma un investigador de un centro de estudios estatal. A su entender, lo que con más elocuencia demuestra por dónde van los tiros es el vídeo que desde mayo se exhibe a cuadros políticos y responsables económicos del país. En la filmación, de una hora de duración, Raúl Castro habla durante un Consejo de Dirección del Ministerio de Turismo (Mintur) y, tras criticar abiertamente la forma en que se ha administrado el sector en los últimos años, revela que en adelante será él quien atenderá directamente el desarrollo de esta industria -la que más dólares aporta a la economía nacional, 2.000 millones anuales, más que las exportaciones de azúcar, níquel y tabaco juntas- con el nuevo ministro del ramo, Manuel Marrero, nombrado en febrero.
El contenido del vídeo de Raúl va más allá de lo que atañe directamente al Mintur, es casi una guía para dirigentes y responsables económicos en los tiempos que corren. Tres personas que han asistido a las proyecciones informaron a EL PAÍS de los puntos más importantes abordados por Raúl Castro: en el sector se ha pecado de exceso de triunfalismo y la eficiencia deja mucho que desear; algunos gerentes de esta industria privilegiada han actuado como si estuvieran por encima de otros organismos del Estado y del resto de los mortales, algo que no se va tolerar; y mencionó el caso del ex presidente de Cubanacán, Juan José Vega, cesado en diciembre, contando que había aceptado una tarjeta de crédito del empresario español Enrique Martinón, el primer inversor extranjero en la isla, a quien, dijo, durante mucho tiempo se le dio un trato especial, pero que en adelante será tratado como uno más.
Raúl Castro, según las fuentes, señaló entre los principales males del Mintur el descontrol y ese "actuar" a su libre albedrío, sin rendir cuentas a instancias superiores; ahora, anunció, se volverá a una etapa de centralización y control estricto. Criticó, por ejemplo, las recepciones y fiestas costosas y los "numerosos" viajes al extranjero de algunos dirigentes del sector, advirtiendo de que ahora cada caso será aprobado por el ministro.
"Puso como ejemplo del buen hacer en el sector turístico a la corporación Gaviota
[perteneciente a las Fuerzas Armadas], en la que, aseguró, el índice de gastos por dólar es más baja que en el Mintur", explicó un militante comunista que vio el vídeo. Raúl Castro insistió en que la nueva línea no implica una militarización del turismo, pero numerosos empresarios así lo perciben y han bautizado ya al nuevo ministerio como Militur.
"Desde su fundación en 1988, Gaviota ha ido concentrando más y más poder. Hoy gestiona casi 9.000 de las 40.000 habitaciones hoteleras con que cuenta el país, posee numerosas tiendas náuticas y hasta una línea aérea; y, por si fuera poco, Marrero y el nuevo presidente de Cubanacán proceden de Gaviota", asegura el director de un hotel en La Habana.
Un importante inversor extranjero no ve, en cambio, preocupante que asuma el control del turismo Raúl Castro, pues opina que, "pese a su fama de hombre duro, ha demostrado ser más eficaz en lo económico que otros dirigentes". El problema, considera, está en el "mar de fondo y el enroque en todas las esferas: están las soflamas contra la UE por su actitud 'servil' ante Washington; las subidas de precios; y lo más grave de todo, que mientras a la gente se le siga pagando en pesos cubanos y tenga que comer en dólares, nada se va a resolver con cerrojazos".
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