Los buzos avistan el 'O Bahía' enmarañado en sus redes a 80 metros
Los técnicos dudan de la utilidad del robot del 'Prestige' para buscar a los desaparecidos
Los submarinistas confirmaron sus temores tras sumergirse ayer hasta las inmediaciones de los restos del pesquero O Bahía, hundido en la Costa da Morte (A Coruña) el pasado miércoles. El casco del buque, en el que se supone que permanecen los cadáveres de cinco de los 10 marineros fallecidos en el naufragio, está envuelto en una maraña de redes que obstaculiza el acceso a su interior.
Al rescate se sumará hoy un microsubmarino, mientras el Ministerio de Fomento y Repsol aún no han decidido qué elementos del operativo diseñado para vaciar los tanques del Prestige pueden ser útiles en la búsqueda de los cinco cuerpos sumergidos en las inmediaciones de las islas Sisargas.
Tras dos días de minuciosos preparativos, por lo arriesgado de la operación, el equipo de cinco buzos especializados en grandes profundidades logró descender a última hora de la tarde de ayer hasta las proximidades del pecio. Los buzos no se aventuraron más allá de los 66 metros por debajo de la superficie, pero, al menos, lograron ver de cerca el barco, hundido a unos 80 metros. Por si fueran pocas las dificultades para trabajar a tal profundidad, bajo un mar opaco y surcado de corrientes de fondo, los submarinistas confirmaron lo que ya resultaba previsible. Los 700 metros del aparejo de pesca del O Bahía se desmadejaron durante la inmersión, y los restos del naufragio están envueltos en una telaraña recia y tupida de cordel de nailon. Además, el barco es pequeño, 17,5 metros de eslora, de modo que no existen ojos de buey o ventanas anchas para acceder.
Pese a la complejidad técnica del rescate, el Gobierno insiste en que cumplirá la palabra empeñada ante los familiares de los cinco desaparecidos para proseguir la búsqueda de los cadáveres con "todos los recursos del Estado" y la "mayor rapidez posible". Al operativo se sumará hoy un microsubmarino del Ministerio de Agricultura y Pesca que dispone de un brazo articulado y una cámara que puede ofrecer imágenes más nítidas del pecio. Salvamento Marítimo dispone de otro aparato similar que también trasladará a la Costa da Morte en las próximas horas.
La promesa de sumar a los rastreos parte del sofisticado dispositivo que diseñó Repsol para extraer las 13.000 toneladas de fuel del Prestige, hundido a 200 kilómetros de la costa gallega, no se podrá cumplir hasta que se definan los detalles técnicos. En un principio se pensó en enviar a la Costa da Morte uno de los cuatro robots empleados en la misión de vaciar los tanques del petrolero, pero algunos técnicos han expresado dudas sobre su utilidad para el rescate de los cadáveres.
Compañía holandesa
Expertos de Fomento viajaron ayer a Galicia para estudiar la cuestión con el personal de Repsol y hoy han convocado a responsables de la compañía holandesa de rescates SonSub, que ya fue contratada por el anterior Gobierno como auxilio técnico para afrontar el problema del Prestige. Según fuentes próximas a los responsables de las operaciones de rescate, entre las alternativas que han planteado algunos expertos está la de arrastrar el pecio para trasladarlo a aguas menos profundas donde los submarinistas y el instrumental técnico puedan trabajar en mejores condiciones.
El vaciado de los tanques del Prestige comenzó el sábado, apenas unas horas antes de que Fomento diese por suspendidos los trabajos hasta que no se encuentre a los marineros del O Bahía. A la espera de próximas decisiones, Repsol prosiguió ayer con el plan previsto en la zona del hundimiento del petrolero y culminó el trasvase a un buque tanque de las primeras 300 toneladas de fuel recogidas el sábado. En jornadas sucesivas se seguirá trabajando en la apertura de orificios en los depósitos del barco hundido.
Las familias resisten en Corme
De entre las imágenes recurrentes en cada tragedia del mar en Galicia hay una que siempre acompaña a todos los naufragios en los que el océano se niega a devolver los cuerpos de los marineros. La estampa la componen rostros desencajados, consumidos por el dolor y la falta de descanso, que una jornada tras otra acuden junto al mar a la espera de que les entreguen un cuerpo para darle descanso en tierra. Los familiares de los cinco tripulantes del O Bahía que probablemente quedaron atrapados en el barco permanecen fieles a ese atavismo marinero. Desde el jueves, están en la Casa del Mar de Corme (A Coruña), a 150 kilómetros de sus domicilios en Redondela (Pontevedra).
Los técnicos les mantienen informados del desarrollo de las operaciones, de su complejidad técnica y del tiempo necesario para prepararlas con el menor riesgo posible. "Antes del miércoles no esperamos grandes novedades", advirtió ayer el consejero de Pesca de la Xunta, Enrique López Veiga. Pero los familiares, exhaustos y desolados, van a resistir y no tienen intención de abandonar su larga vigilia en Corme. "Están muy bien atendidos", declaró a Efe el patrón mayor de la cofradía de Redondela, Fernando Saavedra, quien les acompaña a diario. Mientras las familias se recluyen en su drama, las operaciones de rescate atraen a cientos de curiosos al cabo de San Adrián, en Malpica, para divisar la zona del naufragio.
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