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Crónica:MOTOCICLISMO | Gran Premio de Italia
Crónica
Texto informativo con interpretación

Pedrosa controla, Porto gana

El piloto español mantuvo a raya a Poggiali y fue segundo, beneficiado porque De Puniet gripó el motor

El argentino Sebastián Porto (Aprilia) se alzó con el triunfo en una carrera, la del cuarto de litro, que concluyó con un golpe de teatro espectacular. El líder del Mundial, el francés Randy de Puniet (Aprilia) gripó el motor y cedió la segunda plaza a su rival más peligroso, Dani Pedrosa (Honda). El piloto español completó una estupenda actuación en la que controló los inconvenientes con los que se encontró, especialmente cuando se plantó en las últimas vueltas con un neumático delantero muy degradado. A pesar de ello consiguió regular su ventaja sobre el italiano Manuel Poggiali (Aprilia). El segundo lugar del podio sirvió a Pedrosa para situarse a sólo tres puntos de De Puniet en la clasificación general del Mundial.

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UN DUELO MEMORABLE.

La prueba empezó con una caída múltiple en la que tres pilotos (Vincent, Sabbatani y Heldof) quedaron fuera de carrera. Pedrosa pasó el primero por la línea de meta seguido de Porto y De Puniet; los tres se iban destacados, con Poggiali y Toni Elías (Honda) detrás comandando un grupo en el que rodaban también Battaini (Aprilia), Rolfo (Honda), Fonsi Nieto (Aprilia) y De Angelis (Aprilia). Pronto De Puniet marcó la vuelta rápida y empezó a disputarse el liderato con Pedrosa, seguidos de cerca por Porto. El trío se distanció cada vez más de sus perseguidores, y Porto se situó por delante en la quinta de las 21 vueltas que debían ser completadas.

Como si fuera Ronaldinho en uno de sus regates, Pedrosa superó a Porto por un lado y a De Puniet por el otro en una sola maniobra repartida en dos curvas. De esta manera tan espectacular se situó Dani por delante a mitad de carrera. El grupo de atrás estaba ya a 2,5 segundos, mientras el francés continuaba su lucha por alcanzar una plaza en el podio junto al argentino y el español. Cuatro vueltas después Poggiali, que se despegó de Fonsi y Elías, rodó en solitario a la caza del trío de cabeza, que le aventajaba ya en tres segundos. Porto se situó en cabeza, y a cuatro vueltas para el final Pedrosa, tercero en ese momento, empezó a perder terreno.

En la última vuelta se produjo un triple duelo de parejas: De Puniet-Porto por el primer puesto, Poggiali-Pedrosa por el tercero y Fonsi-Elías por el quinto, y en la penúltima curva, golpe de teatro: De Puniet constató, horrorizado, que su motor gripó a escasos centenares de metros de la meta. Alcanzado por Pedrosa, que entró segundo, y también por Poggiali, tercero, el piloto francés quedó fuera del podio, aunque logró llegar por delante de Nieto y Elías.

El protagonista en 125cc fue Pablo Nieto (Aprilia), que mereció mejor suerte al final en una carrera memorable, con igualdad, intercambios de posiciones, lucha continua, y siete pilotos en el pelotón de cabeza dispuestos a todo. Héctor Barberá (Aprilia) también se lució al situarse por delante en el segundo paso por meta y pelear durante toda la prueba con los italianos Andrea Dovizioso (Honda) y Roberto Locatelli (Aprilia), mientras Jorge Lorenzo (Derbi), que había salido bien, se quedó rezagado hasta la décima posición. Desde atrás, Pablo Nieto marcó la vuelta rápida, recuperó posiciones como una bala y en la séptima vuelta logró situarse en el segundo puesto. Aunque llegó a ir en cabeza y a distanciarse del grupo con Locatelli, éste tomó la delantera en un último giro de infarto, con toques, coladas y nervios. Gato viejo en estas lides, Loca resistió los ataques de Dovizioso y se impuso por delante del australiano Casey Stoner (Australia) y de Barberá, que logró una excelente tercera posición y es cuarto en la general del Mundial, por detrás de Dovizioso, Locatelli y Stoner. Al final, otro detalle emocionante: el veterano Ui, con 32 años el más viejo de la clase, logró pasar la meta, exhausto, empujando la moto al haberse quedado sin gasolina 500 metros antes; el públicó ovacionó su gesto.

Pedrosa rocía con cava a Porto.
Pedrosa rocía con cava a Porto.REUTERS

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