Los Museos Móviles prestan obras de arte como una biblioteca
Cincuenta artistas ceden sus trabajos por tres días
"La gran mayoría del público está condenada a ver las obras de arte exclusivamente en el ámbito de las exposiciones organizadas por galerías y museos. Nosotros le ofrecemos la posibilidad de elegir la pieza que prefiera y llevársela durante tres días para poderla disfrutar donde quiera", explica David Armengol, comisario con Cristian Añó del proyecto UMPA (Unidad Móvil de Préstamo de Arte), cuyo lema es Llévate una obra de arte a casa.
La propuesta, basada en el sistema de funcionamiento de las bibliotecas aplicado al arte, se enmarca en los Museos Móviles, un proyecto asociado al Fórum que se ha instalado en la explanada del centro cultural Can Fabra. Hasta el 20 de junio los ciudadanos podrán acercarse al pabellón de la UMPA y, a partir de unas completas fichas informativas, elegir entre las obras de los 50 artistas que participan en la experiencia. Entre éstas destacan varios vídeos de creadores evidentemente no preocupados por el problema de la piratería que tanto alarma las asociaciones para la defensa de los derechos de autor. También hay numerosas fotografías y objetos. Entre los más curiosos, un felpudo con la frase "arte es difícil", de Diego Bruno, y una camiseta comestible de Anna Beltrà, decorada con chucherías que probablemente desaparecerán a lo largo de los préstamos. El colectivo Vinoamargo presenta una vieja maleta que contiene archivos sonoros, pero también están dispuestos a montar un recital de polipoesía en casa del usuario, y Jeleton propone a quien escoja su obra (una sudadera) que se la ponga y le envíe una fotografía. "Para llevarse a casa las piezas sólo hará falta sacarse un carnet parecido al de las bibliotecas. La idea es ensayar nuevas fórmulas de acceso a la creación contemporánea, desarticulando los elementos que forman el sistema del arte en un intento, entre utópico y naïf, de subvertir los mecanismos de mediación entre obra y público", añaden los comisarios. La UMPA ocupa el cuarto pabellón (dedicado a los proyectos específicos concebidos en cada ciudad de la itinerancia) de los Museos Móviles, una exposición concebida por el colectivo alemán Public Art Lab, que llega a Barcelona tras presentarse en Berlín y Viena. Los otros tres pabellones acogen proyectos fijos de Thomas Locher (una obra de arte conceptual), Franka Hörnschemeyer (una estructura arquitectónica laberíntica), Hans Wiegner (una instalación de luz), Gilbert Bretterbauer y Hans-Joachim Roedelius (una pieza sonora). El año que viene los Museos Móviles tienen prevista una amplia gira por los países del este, nuevos miembros de la Unión Europea.
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