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Tribuna:POLÍTICA DE IGUALDAD
Tribuna
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Andalucía, tierra de paz y de convivencia

El 28 de agosto de 1963, el activista por los derechos de los negros y premio Nobel de la Paz, Martín Luther King, en un discurso ante la estatua de Lincoln con que concluía la Marcha por la dignidad de los hombres negros, alumbró una nueva etapa en la historia de la humanidad con un deseo, una esperanza. "Anoche tuve un sueño, anoche soñé que todos los hombres éramos iguales". Más de 40 años después, centenares de personas quisimos demostrar en el inhóspito recinto ferial de El Ejido, el único sitio donde nos habían permitido manifestarnos, que el sueño del doctor King sigue siendo necesario.

La concentración ayer en El Ejido Por la paz y la convivencia ha sido, sin duda alguna, uno de los actos más importantes celebrados por el SOC en sus más de 28 años de existencia. Y ello a pesar de las múltiples circunstancias que impidieron una presencia masiva de inmigrantes. Las amenazas, los continuos impedimentos para señalar el lugar de la concentración, los miedos, la grabación por parte de la policía de los participantes o la desproporcionada presencia policial, denunciada por los medios de comunicación, han sido las causas de que la concentración no tuviese el amplio respaldo que durante los días anteriores se había manifestado por parte de grupos de inmigrantes.

Sin embargo, para el SOC, la importancia de este acto radica en que por primera vez los emigrantes de El Ejido han mostrado que no están dispuestos a seguir soportando los ataques continuos contra su dignidad. Y que no están solos.

Desde las organizaciones que respaldamos la convocatoria estamos seguro que éste es sólo el primer paso para que la sociedad de El Ejido, y la andaluza en general, nos comprometamos con los derechos humanos de las miles de personas que vienen a nuestra tierra a dar lo único que poseen, su trabajo. Y que a cambio merecen todo el respeto que como personas y como trabajadores hemos conseguido lograr para nosotros en todos estos años de lucha. Una tierra que ha visto emigrar a más de un millón de sus hombres y mujeres, no puede permanecer impasible cuando no se respetan los derechos de miles de personas que con su trabajo, con su sudor, traen la riqueza y el bienestar a estas tierras andaluzas.

Diego Cañamero Valle es secretario general del Sindicato de Obreros del Campo.

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