Denuncias falsas
La juez decana de Barcelona, Maria Sanahuja ha puesto del dedo en la llaga al afirmar que hay mujeres que abusan de las denuncias por malos tratos para conseguir otros fines: agilizar el divorcio, venganza... Es difícil en un momento como este hacer públicas estas consideraciones basadas en su propia experiencia profesional. Los colectivos feministas, sin embargo, sin datos, no han dudado en reaccionar tachando no se de cuantas cosas a esa juez. Menos mal que la Junta de Jueces de Instrucción de Madrid ha hecho público que también en la capital de España se han detectado casos similares. Y tengo entendido que la fiscalía tiene datos hablan incluso de que el 60% de las denuncias resultan ser falsas. La ley, que debe ser igual para todos, ya se aplique a hombres o mujeres, hoy, es una falacia. Hoy, una mujer que quiera "jugársela" a un hombre, no tiene mas que ir a la policía y, con una dosis de interpretación dramática adecuada, sin prueba de daño físico alguno, decir que su compañero la ha amenazado con un cuchillo y le causa mal trato psicológico. Basta eso, para que policía lo detenga como un peligroso criminal, no le den oportunidad siquiera de negar los hechos supuestamente imputados, lo fotografíen y fichen como peligroso, y duerma en los calabozos y habiéndosele negado también el habeas corpus solicitado. Este "exceso de celo" de la policía, podría haber quedado justificado, en parte, pese a la evidente negación de los mínimos derechos fundamentales de este hombre, si son ciertos los hechos imputados, sin prueba alguna. Pero ese actuar así "por si acaso", cuando además deviene falsa la denuncia, es una autentica barbaridad en un Estado de derecho. Esto es lo que le ha ocurrido recientemente a un amigo mío, y no es un caso aislado. ¿Quien tiene la culpa de que esto ocurra? Y mi modesta opinión, en la desigualdad con la que se aborda el tema de "violencia de género", para que automáticamente todos, -policía, autoridades administrativas, jueces, fiscales, asociaciones de mujeres...- lo entiendan sólo como "violencia contra la mujer". Si la denuncia por amenazas y malos tratos psicológicos que desencadenó la detención de mi amigo, la hace él, contra la compañera con idénticas ausencia de pruebas, a buen seguro que todavía se están riendo en la comisaría. Así que sí a la igualdad de derechos y ante la ley de hombres y mujeres, por supuesto, pero no más derechos, porque entonces se corre el riesgo de que prosperen cada vez más las denuncias falsas de mujeres aprovechadas por la espiral de alarma social que se está creando con la desprotección de los derechos fundamentales del hombre a la que asistimos, con lo que se propicia, a su vez, más violencia.
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