La juez deja en libertad al capitán acusado de abandonar a 4 polizones

El capitán y otros dos oficiales del mercante de bandera panameña Wisteria, acusados por varios de sus marineros de abandonar en el mar a cuatro polizones africanos, quedaron ayer en libertad tras declarar ante la juez encargada del caso, que les ha retenido los pasaportes. La titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Ribeira, María Isabel Castro, desestimó la adopción de medidas cautelares contra los tres marinos surcoreanos, que permanecían detenidos desde el pasado viernes por la policía de Ribeira (A Coruña), donde uno de los tripulantes denunció los hechos después de que el barco atracase en ese puerto.

No han trascendido detalles de la decisión de la juez, quien ha llamado a declarar a otros dos detenidos por la policía. Los que acudieron ayer al juzgado eran el capitán, Joo Cho Che; su primer oficial y el jefe de máquinas, a quienes apuntaban las acusaciones de los marineros, de nacionalidad china. Por el momento, las autoridades mantienen retenidos sus pasaportes.

La policía había detenido a los tres oficiales, además de al cocinero y a otro tripulante, aún pendientes de acudir al juzgado, por los testimonios de varios marineros. Los tripulantes aseguraban que el capitán ordenó, el pasado día 23, abandonar en el mar a cuatro polizones africanos descubiertos a bordo y que posiblemente se habían introducido en el puerto de Dakar, la capital de Senegal, de donde zarpó el Wisteria con un cargamento de atún congelado para fábricas de conservas de Galicia. Según los testimonios de los tripulantes, los polizones fueron dejados a su suerte en una rudimentaria balsa de madera con espacio para poco más de una persona. La policía también encontró documentos que prueban la presencia a bordo de los cuatro desaparecidos.

Aunque los testimonios no han sido muy precisos, la policía ha llegado finalmente a la conclusión de que los polizones pudieron ser abandonados en aguas jurisdiccionales de Mauritania, a varias millas de la costa. De ser así, se podría plantear una discusión sobre la competencia de España para juzgar los hechos, cometidos en un país extranjero y con acusados y víctimas también extranjeros. Como no hay constancia de que los polizones hubieran muerto, tampoco se puede acusar de homicidio a los detenidos. "Aún así, se les podrían imputar otros delitos como denegación del deber de socorro, torturas e incluso piratería", afirmó Javier Galparsoro, abogado de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, una ONG que pretende personarse en el caso.