Pamplona recupera la fuerza del informalismo a través de cuadros de la colección del IVAM
La muestra presenta más de una veintena de obras de Tàpies, Saura, Millares o Lucebert
Los fondos del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) dedicados al informalismo nacido a mediados del pasado siglo tienen una calidad y una significación especial. Algunas de sus obras maestras se exponen ahora en la Ciudadela de Pamplona formando parte de una de una muestra itinerante que ya ha sido vista en Nueva York y en Salzburgo. La Ciudadela de la capital navarra exhibe hasta el próximo mes de julio más de una veintena de obras de autores como Tàpies, Antonio Saura, Millares, Reinhardt, Gottlieb, Rainer, Alberto Greco o Lucebert.
El debate estético surgido tras la Segunda Guerra Mundial condujo a la crisis del racionalismo que había dominado las artes plásticas. En ese marco, artistas españoles forjaron algunas de las tendencias informalistas más destacadas en el ámbito internacional. El IVAM ha reunido un conjunto de piezas esenciales para abarcar el complejo significado de un término acuñado por el crítico francés Michel Tapié en 1952.
Un especial interés por la materia, el abandono casi generalizado de la figuración, la inclusión de técnicas pictóricas como el signo, las grafías, las incisiones o el rascado crearon un arte gestual, de cierto automatismo en su ejecución. Los exponentes más representativos del automatismo francés fueron Fautrier y Dubufett, quien reivindicó las creaciones plásticas de los niños, los enfermos mentales o los aficionados y las elevó a la misma categoría que el arte tradicional englobándolos en lo que llamó art brut.
Si el norte de Europa tuvo su propia corriente desde 1948 con el grupo COBRA (Jorn, Lucebert y Karel Appel), ese mismo año se creaba en Barcelona el grupo Dau al Set por iniciativa de Tàpies, Cuixart y Joan Brossa, entre otros, mientras que Madrid se sumaba años después, en 1957, con el grupo El Paso formado por Canogar, Feito, Millares, Rivera, Saura, Pablo Serrano y otros creadores.
Con más de 8.000 obras adscritas a estas tendencias en su colección, el IVAM ha configurado en torno al informalismo una de sus muestras itinerantes más valiosas.
De las paredes de la Sala de Armas de la Ciudadela cuelgan pizas muy destacadas de auores como Tàpies (Taile marron tendue, 1970; Collage de cabells, 1985), Antonio Saura (Clara, 1966; Sima, 1959) o Manolo Millares (Cuadrado 163, 1962), entrelazadas en un vistazo global con grandes formatos de Luis Gordillo (Serie limo, 1991) que se suman a obras de otros artistas como Lee Krasner (Abstract nº 2, 1946-48), Adolph Gottlieb (Alchemist, 1945), Ad Reinhardt (Brick painting, 1950), Alberto Greco (Todo de todo, 1964), Arnulf Rainer (Autorretrato, 1970-74) o Hans Hoffman (Rojo brillante, 1962).
Ramón Escrivá, conservador del museo valenciano y comisario de la muestra, subraya el valor de la incorporación al cuadro de materias como arena, polvo de vidrio, serrín, partículas metálicas o resinas que contribuían a crear densos empastes luego arrancados, cortados o modelados.
La selección expuesta en Pamplona incluye además un importante grupo de obras coloristas de Lucebert (seudonimo de Lubertus Jacobus Swaanswijk; Amsterdam, 1924-1994) realizadas entre 1968 y 1993. La obra de Lucebert presenta al espectador un mundo deforme y caricaturesco, poblada de seres extraños, animales y monstruos.
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