Inventos protegidos
Con la Politécnica al frente, Valencia está a la cabeza de las patentes universitarias en España
Las patentes universitarias españolas se concentran en la Comunidad Valenciana y en Madrid -a partes iguales si se descuenta la UNED-, según un reciente estudio financiado por la Secretaría de Estado de Universidades y dirigido por la profesora Gemma Durán, de la Autónoma de Madrid. Las universidades de ambas autonomías venían a representar el 50 % de la actividad patentadora entre 1978 y 2002, utilizando como indicador los registros de la Oficina Europea de Patentes (EPO).
Otro estudio reciente, encabezado por Daniel Guerrero, profesor de la Universidad de Cádiz, partía de los datos de la Oficina Española de Patentes y Marcas y situaba a la Comunidad Valenciana en una segunda posición compartida con Cataluña. En ambos casos, era determinante el tirón de la Universidad Politécnica, que en ese ránking virtual de la EPO aparecía como titular del 20 % de las patentes. "Muchas son compartidas con El CSIC", matiza Fernando Conesa, director del Centro de Transferencia de Tecnología (CTT) de la Politécnica, lo que no resta importancia al dato, ya que una universidad utiliza la patente europea "cuando quiere proteger su tecnología en varios países", aclara Conesa y explica que algunos productos de la Politécnica tienen la triple patente: Europa, Norteamérica y Japón.
Química, alimentación, construcción y farmacia son las áreas con más patentes
"Siempre se calcula la inversión y que las patentes en el exterior cuestan bastante dinero", explica Ana Cortés, directora de la Oficina de Transferencia de Resultados de la Investigación de la Universidad de Valencia. Una patente europea puede suponer de 18.000 a 30.000 euros y la de una estadounidense, en torno a los 9.000 euros. Si alguien realiza esa inversión es porque espera obtener rentabilidad.
Entre nacionales e internacionales, la Universidad Politécnica tenía en 2002 una cartera de 170 invenciones con protección en España y casi 50 con protección en el extranjero. En 1989 apenas tenía unos pocos inventos patentados, entre ellos una sencilla máquina expendedora de periódicos y revistas, por un lado, y, por otro, las "mejoras introducidas en el manto principal de diques rompeolas", de José Ramón Medina, profesor de Puertos y Costas. Medina ha avanzado en esta línea de trabajo hasta diseñar unos diques modulares prefabricados de contención marina, que puedan montarse, desmontarse y trasladarse con facilidad y en poco tiempo, en caso de obras en la costa.
Hace un año que solicitó la patente de este invento y ya hay una empresa interesada en el prototipo. Entre inventos más proclives a patentes internacionales están los relacionados con la industria petroquímica. Buena parte de las patentes de la Politécnica se ubican en este sector y tienen nombres y apellidos: Avelino Corma, director del Instituto de Tecnología Química. Además de la ingeniería química y la construcción, esta universidad es potente en el campo agroalimentario. Una de sus últimas y llamativas patentes es un sistema de cocción al vacío que permite "nuevas texturas, combinar y cambiar sabores y aumentar la calidad del producto", explica Javier Martínez profesor de Tecnología de los Alimentos que "prueba" estos días en un restaurante su "modelo", cuya patente será comercializada por una firma catalana.
A distancia de la Politécnica en este campo, se hallan la Universitat de València, con 68 patentes, y la de Alicante, con 62, en su gran mayoría de carácter nacional. La primera tiene una mayor proporción en farmacia, química, materiales y electrónica. "Una universidad como la nuestra", señala Ana Cortés, "tiende más a publicar que a patentar". Hay otros productos, como metodologías de evaluación, test, en Psicología, o el so
tfware que tienen que ver, explica, con el Registro de la Propiedad Intelectual. En cuanto a Alicante concentra sus patentes en el área química, y sobre todo, subraya Alfonso Cueto, responsable de patentes en la OTRI alicantina, en sistemas de producción relacionados con la química fina, plásticos y polímeros". La Universidad Miguel Hernández tenía solicitadas hasta 2002 15 patentes, básicamente en el área de Ciencias de la Salud.
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