Detenido un capitán acusado por marineros de abandonar a cuatro polizones en alta mar

El capitán del buque de bandera panameña Wisteria fue detenido anoche por la policía en Ribeira (A Coruña) tras ser acusado por dos marineros de abandonar a cuatro polizones en una balsa en medio del océano Atlántico el pasado domingo. El capitán, surcoreano al igual que los otros dos oficiales, permanecía anoche en la comisaría de la localidad gallega a la espera de que llegase un intérprete para poder prestar declaración. Sólo esos dos tripulantes (de nacionalidad china como los otros marineros) fueron interrogados por la policía, ya que son los únicos que hablan inglés.

La denuncia no fue presentada directamente por los marineros que aseguran haber sido testigos de los hechos, sino por el práctico del puerto de Vilagarcía de Arousa, quien asistió al buque para su atraque en Ribeira a las seis de la madrugada de ayer. EL Wisteria procedía de Dakar, capital de Senegal.

Uno de los marineros se las ingenió para hacer llegar al práctico un escrito en inglés en el que asegura que el 23 de mayo, cuando el buque navegaba en alta mar, cerca de Canarias, el capitán (surcoreano como los otros dos oficiales; los 14 marineros son chinos) había ordenado abandonar en un bote "en precarias condiciones", según fuentes de la investigación a cuatro africanos descubiertos en el buque. El texto pedía ayuda y que se denunciasen los hechos a la policía, como hizo de inmediato el práctico.

La Guardia Civil se presentó ayer en el puerto de Ribeira para trasladar a los tripulantes a la comisaría de policía de la localidad. Allí fueron interrogados sólo dos de los tripulantes, los únicos que hablan inglés, según las mismas fuentes.

El Wisteria, con bandera panameña, uno de los pabellones de conveniencia más utilizados, había partido del puerto de Dakar con atún congelado para una fábrica de conservas de la ría de Arousa. En principio estaba previsto que permaneciera atracado dos semanas en Ribeira. Hace algún tiempo, el Wisteria ya fue denunciado por varios marineros asiáticos que acusaban al capitán de haberles dado a beber agua del mar durante un tránsito por el canal de Panamá.

La policía tomó la denuncia con cautela y advirtió de que no se puede descartar que obedezca a algún tipo de venganza de la tripulación contra su capitán. Dakar es uno de los puertos más utilizados por los africanos que intentan emigrar ilegalmente a Europa introduciéndose como polizones en buques extranjeros.

Algunas organizaciones no gubernamentales, como la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, han denunciado en más de una ocasión que han recibido testimonios indirectos sobre las prácticas de algunos capitanes sin escrúpulos, que supuestamente arrojan por la borda a pasajeros clandestinos descubiertos en sus barcos. Se trata de una vieja historia que siempre se ha repetido en los relatos de los marineros, pero sobre la que ha habido muy pocas denuncias concretas. La legislación obliga a los armadores de los buques a hacerse cargo de los polizones y a costear su repatriación. Si los clandestinos se escapan en un puerto español, los propietarios del barco pueden ser multados con hasta 180.000 euros.