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Reportaje:

Loles en el festival de las chanclas

La actriz catalana recibe el Premio Pepe Isbert en la XVI edición del certamen cinematográfico de Peñíscola

La proximidad al mar o el calor que empieza a apretar convierten a Peñíscola en un festival de cine en el que todos, invitados, periodistas, curiosos y organizadores, utilizan las chanclas como calzado de batalla. No hay etiqueta, ni trajes largos, ni siquiera un protocolo en el vestuario o en los horarios de los actos.

La XVI edición del Festival de Peñíscola alzó ayer el telón con esa filosofía. Muchas camisetas, muchas piernas al aire y muchas chanclas y sandalias. En los actos que por la tarde tuvieron como protagonista a la actriz catalana Loles León, "una persona muy divertida y con mucho humor, que va con el espíritu de este festival", según la definió el director del certamen Borja Crespo. Loles recogió el testigo y retrasó una hora su comparecencia ante los medios de comunicación para acudir a la peluquería. Porque se puede ir informal, pero hay que ir arreglado. Aunque la rueda de prensa sea lo menos parecido a un encuentro con los medios de comunicación y algo así como un cara a cara con los cientos de curiosos que se agolpaban en la carpa que la organización ha montado junto al mar. León, bien peinada, agradeció al público el cariño con el que la acogió con un sonoro "¡viva el pueblo!" para apostillar que "estos baños de multitudes nos viene muy bien a los actores, porque nos pasamos la vida encerrados en los platós y no tenemos ninguna noción de la vida".

Esa declaración de principios fue el preludio de una comparecencia pública en la que la actriz catalana escuchó piropos y, sobre todo, muchas preguntas sobre su papel en la serie televisiva de éxito Aquí no hay quien viva. Pero Loles no se limitó a los tópicos a uso ni a las preguntas de los curiosos, sino que tuvo la lucidez de reflexionar sobre el impacto de la fama en los actores por su presencia en la pequeña pantalla: "La fama que te da la televisión es efímera pero es real. Por muchas películas que hagas no calas tanto como cuando actúas en una serie de televisión".

En medio del baño de multitudes al que se vio sometida, León tuvo tiempo para repasar parte de su trayectoria cinematográfica a las órdenes de directores como Vicente Aranda, al que calificó de "el mejor contador de historias del cine", Fernando Trueba, quien le procuró el mayor cambió físico de todos sus papeles, o José Luis Iborra, con el que protagonizó Amor de hombre, una película en la que la única mujer era ella "porque yo exigí que no hubiera ninguna otra para que no me robara los planos", bromeó. E incluso para reivindicar la importancia de los actores secundarios en el cine español, un rol que ha desempeñado en gran parte de su carrera la catalana, al afirmar que "el cine que se hace en España es para gente joven y guapa, pero los mejores actores españoles son los que interpretan papeles secundarios". A Loles pocas veces le ha tocado ser protagonista en sus películas, pese a que ella se considere "una sex symbol en tamaño llavero" ni tampoco dar el salto al teatro "porque no me cogen para obras teatrales", pero el Festival de Peñíscola se ha acordado de ella para otorgarle el Premio Pepe Isbert como tributo a toda su trayectoria actoral. Un premio que, como dijo ella, "es más importante que el Goya, porque yo a Goya no lo conozco y Pepe Isbert era el actor más grande y más entrañable que ha tenido el cine español".

Loles León recogió el premio en una gala de inauguración tan atípica como toda la dinámica de este festival en el que la gente va al cine con chanclas. La presentaron Silvia Marsó Y Eduardo Aldán y estuvo llena de guiños, sketchs humorísticos, bromas y risas.

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