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Reportaje:

'Eva María', a la sombra

Dos miembros de Fórmula V y varios reclusos forman un grupo musical que se presentó ayer en la cárcel de Aranjuez

La canción Eva María, ésa que se fue buscando el sol en la playa y que fue cabeza del Hit Parade en la década de los sesenta, sonó ayer en un pequeño auditorio lleno y con un público entregado. Fue la puesta de largo de un grupo de pop-rock. El hecho en sí no tendría nada de llamativo si no fuera porque la banda se llama Tercer Grado -una formación compuesta por tres ex reclusos y otros dos músicos-. Pero, además, el escenario del espectáculo fue el Centro Penitenciario Madrid VI, en Aranjuez. Dos de los integrantes de Tercer Grado son los ex componentes de la mítica formación llamada Fórmula V, Eduardo Mayo y Joaquín de la Peña, Kino.

La historia de Tercer Grado es bastante corta, ya que comenzó a fraguarse el año pasado gracias a la ONG Horizontes Abiertos, que dirige el padre Ángel Garralda. Los ex componentes de Fórmula V estudiaron cómo aprovechar las aptitudes de algunos reclusos y, ya de paso, ofrecerles una salida laboral. "En la escuela que hay en la cárcel había un proyecto de música en el que estábamos dos guitarristas y un bajista. Necesitábamos más gente para completar un grupo y eso nos llegó gracias a Horizontes Abiertos", señala Miguel Llanos, un recluso de 41 años que cumplió un año de condena en Aranjuez.

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Ayer fue la puesta de largo de Tercer Grado, y los 234 asientos del auditorio no fueron suficientes para acoger a un público entregado. Se bailó, se gritó, se corearon los temas más emblemáticos de Fórmula V. Aquello fue una fiesta.

Los integrantes de la formación, alguno de los cuales estuvo en el penal por delitos de estafa y por posesión de estupefacientes, no pudieron hablar con sus ex compañeros por motivos de seguridad. "Cuando he visto todo el escenario con un equipazo del copón, me he puesto más nervioso que un flan. La ilusión de mi vida era tocar en un grupo y pensé que nunca lo haría. Parece mentira que haya tenido que cumplir una pena para verlo realizado", señaló, tras el concierto, Óscar Truniger, teclista que ahora se encuentra en libertad condicional.

El concierto comenzó a las once de la mañana y estuvo dividido en dos partes perfectamente diferenciadas. En la primera sonaron canciones extranjeras de los años sesenta y setenta de los Beatles y el archiconocido Pretty woman, de Roy Orbison.

El cantante, guitarrista y ex componente de Fórmula V Eduardo Mayo agradeció varias veces la labor de Instituciones Penitenciarias, de Horizontes Abierto y de la propia cárcel de Aranjuez (1.400 reclusos) para que esta iniciativa se convirtiera en realidad.

Desde los asientos hubo más de una petición de "rock duro" y de temas de grupos como Leño, el que encabezara el gurú del heavy metal en España, Rosendo Mercado. Pero en la segunda parte del espectáculo triunfaron las canciones españolas típicas de guateque. El cierre del recital, y con él la apoteosis de los presentes, llegó con un popurrí que mezcló temas coreados al unísono, como Vacaciones de verano, En la fiesta de Blas, Eva María o Cuéntame. "Ha estado genial. Teníamos un poco de miedo porque era gente que no había tocado nunca, y nosotros también hacía mucho que no lo hacíamos, pero al final ha ido perfecto", señaló Kino.

Si a algo se tuvieron que enfrentar los nuevos músicos, según reconocieron, fue en demostrar su habilidad con un instrumento que en algunos casos no controlaban al cien por cien hace un año y, sobre todo, el miedo escénico de tocar ante sus compañeros.

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