Paul McCartney ofrece en Gijón "el espectáculo más 'beatle' de la historia"

Nunca antes Paul McCartney había inaugurado en España una de sus giras y nunca antes se había acompañado por un despliegue de recursos técnicos, lumínicos, audiovisuales y pirotécnicos tan portentoso como los que utilizó en el debut de su nuevo espectáculo. Estaba previsto (a la hora de cerrar esta edición estaba comenzando la actuación) que dos grandes pantallas de vídeo móviles de 120 metros cuadrados cada una, siete monitores fijos, un despliegue audiovisual -con imágenes específicas para cada canción, desde vídeos caseros y videoclips a fragmentos de películas- y un escenario de grandes magnitudes arroparan al intérprete. En total, se recurrió a unos 20 millones de vatios para dar luz, color y sonido, mucho sonido. Todo ello para crear una sensación "psicodélica", según había anunciado el equipo de Paul McCartney.

Una treintena de canciones, sobre todo de la primera y la última épocas de The Beatles (Get back, Drive my car, Hey, Jude, Blackbird, Helter Skelter, Sgt. Peppers..., pero con una producción actualizada y propia del siglo XXI) y también de su periodo en Wings y de su actual carrera en solitario, empezaron a desbrozar a las diez de la noche Paul McCartney y los músicos que ya le acompañaron en su anterior gira: Rusty Anderson y Brian Ray (guitarras), Wix Wickens (teclados) y Abe Laboriel Jr. (batería). Un concierto "muy rockero", según había prometido el músico, que anoche deleitó a una muchedumbre de seguidores, entre los que se encontraban la esposa del cantante, Heather Mills.

Cordial y afectuoso desde su llegada en vuelo privado a Asturias en la tarde del lunes, el de Liverpool fue acogido por el calor de un público que desoyó la amenaza de tormenta y se fundió con el intérprete durante las dos horas y media que estaba previsto que durase el recital.

El mismo lunes, McCartney hizo una prueba concienzuda y estuvo desde las siete de la tarde hasta las doce de la noche realizando el show completo en El Molinón, pero no debió quedar del todo contento porque ayer, el mismo día del concierto, por la tarde fue a ajustar algunas de las canciones. Se mostró tremendamente simpático con todo el mundo, firmando autógrafos y realizando entrevistas, en las cuales reveló algunos de los secretos de su futuro inminente: al periodista musical Julian Ruiz, de M-80, le confirmó que ya tiene nueve canciones nuevas de su nuevo disco, que llevará por titulo The last. También afirmó por activa y por pasiva que lo más importante ahora en su vida es la familia, aunque se mostró confundido cuando alguien le comentó acerca de la impresionante escultura que su hija Stella ha dedicado a la fallecida Linda McCartney, informa Fernando Martín.

La venta de localidades, a 45 euros, se aceleró en los últimos días hasta sumar casi dos tercios del aforo de El Molinón. A ello contribuyó la compra de entradas por diversas empresas para obsequiar a sus clientes. Una partida de boletos se repartió gratuitamente en el hospital gijonés de Cabueñes por deseo del cantante. Los camerinos del estadio se adaptaron al gusto del ex beatle, y fueron decorados con motivos hippies, con flores, sedas, drapeados indios y estatuas, y ambientados con los aromas de incienso. Como en los sesenta, pero sin drogas ni alcohol. Allí sólo hubo té, zumos, agua mineral y comida vegetariana.

La gira llevará este espectáculo por 13 ciudades del continente y concluirá en Glastombury el 26 de junio.